Infiltrados entre refugiados por el «califato» para matar

Así fue al menos hasta los atentados de París de noviembre de 2015, el primer ataque yihadista en Europa en el que intervinieron refugiados, como se pudo probar a partir de un pasaporte sirio encontrado junto al cadáver de uno de los suicidas que actuaron en Francia.

El hallazgo de ese documento permitió la reconstrucción escalofriante, publicada el pasado abril por «The Washington Post», de cómo Daesh había elegido en septiembre a cuatro hombres ya entrenados como combatientes –dos iraquíes, un paquistaní y un argelino–, les había reunido en Siria y enviado entre 194 refugiados vía Turquía hasta la isla griega de Leros. La misión que se les dio, explicó un comandante islamista al diario norteamericano, era «ir a Francia, matar, llegar a ser mártires».

Su llegada a Leros en una barca de inmigrantes se produjo el 3 de octubre. Los cuatro mostraron pasaportes sirios auténticos, de los miles robados por Daesh a vivos y muertos, pero manipulados para cambiar las fotos.

Los dos iraquíes consiguieron sin mayores problemas continuar su camino y morir en París. El argelino (A. Haddadi) y el paquistaní (M. Usman) no llegaron a tiempo: fueron retenidos por Frontex –la autoridad de fronteras europeas–, y recibieron orden de salir de Grecia. En vez de ello, recobrada la libertad el 28 de octubre, camparon mes y medio por Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia hasta llegar a Salzburgo (Austria), donde finalmente fueron detenidos el 10 de diciembre de 2015 . Sus teléfonos revelan que en todo ese periodo no pararon de hacer llamadas a numerosos países europeos para contactar en ellos con refugiados recién llegados o con otros más antiguos y vinculados con el crimen organizado.

Desde el American Enterprise Institut (AEI), el investigador Marc Thiessen llamó la atención sobre el hecho de que los cuatro terroristas supusieron solo el 2% del grupo total de 198 refugiados que arribó a Leros el 3 de octubre, «pero ese 2% –señaló– mató a 130 personas».

El comandante de Daesh entrevistado reitera: «Hemos enviado muchos ejecutores con los refugiados. Algunos de nuestros hermanos han cumplido su misión, pero otros esperan aún a ser activados».