La ONU estudia las «medidas apropiadas» ante la última «amenaza» de Pyongyang

«El Consejo condena enérgicamente el último ensayo, una violación de anteriores resoluciones del Consejo que supone una clara amenaza para la paz y la seguridad internacional», dijo el ministro de Exteriores surcoreano, Kim Sung-hwan, que leyó un comunicado de la presidencia de turno, que este mes recae en su país.

Corea del Sur ha condenado la tercera prueba nuclear norcoreana, que calificó como «una amenaza inaceptable» para la paz y la estabilidad de la región al violar tres resoluciones impuestas anteriormente por la ONU al país comunista. A través de un comunicado de la oficina presidencial surcoreana emitido tras una reunión de emergencia presidida por el jefe de Estado, Lee Myung-bak, Seúl advirtió a Pyongyang de que deberá asumir las consecuencias de su «desafío» a la comunidad internacional.

«Corea del Norte no podrá eludir su gran responsabilidad», indicó el Gobierno surcoreano, que prometió tomar todas las medidas posibles encaminadas a que el hermético régimen de Kim abandone por completo su programa nuclear mediante nuevas sanciones del Consejo de Seguridad. Además, Corea del Sur anunció que desplegará próximamente misiles de largo alcance por todo el país con capacidad para alcanzar cualquier punto del vecino país comunista.

La presidenta electa surcoreana, Park Geun-hye, que jurará su cargo el 25 de febrero, condenó «enérgicamente» la tercera prueba atómica norcoreana, realizada a pesar «de las fuertes amenazas por nuestra parte y la comunidad internacional». Park advirtió de que la prueba «obstaculiza» los esfuerzos para construir una relación de confianza entre las dos Coreas y «socava los intentos para lograr la paz».

presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha condenado la prueba nuclear que Corea del Norte ha llevado a cabo este martes y ha considerado que «justifica acciones rápidas y creíbles por parte de la comunidad internacional». Obama ha sostenido que se trata de un «acto altamente provocador» que amenaza la estabilidad de la región, al tiempo que ha insistido en que el programa nuclear norcoreano es una amenaza para la comunidad internacional.

«El peligro que suponen las actividades amenazantes de Corea del Norte justifican una acción rápida y creíble por parte de la comunidad internacional», ha dicho el inquilino de la Casa Blanca en un comunicado, que ha adelantado que EE.UU. «dará los pasos necesarios para defenderse a sí mismo y a sus aliados»: «Fortaleceremos la coordinación con nuestros socios de las conversaciones a seis bandas, del Consejo de Seguridad y de otros miembros de Naciones Unidas para buscar acciones firmes».

El Gobierno de España cree que las autoridades norcoreanas «han actuado una vez más desoyendo los reiterados llamamientos de la comunidad internacional e ignorando» las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En una nota, el Ministerio de Exteriores exhorta a Pyongyang a dejar de hacerlos. «Una vez más, el Gobierno de la República Popular y Democrática de Corea, en clara violación de sus obligaciones internacionales, da un nuevo paso en su intento de desarrollar su programa nuclear, desafiando los esfuerzos internacionales en la lucha contra la proliferación así como la paz y estabilidad regionales».

Exteriores recuerda que la resolución 2087 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exige que Corea del Norte «abandone todas las armas nucleares y los programas nucleares existentes de manera completa, verificable e irreversible» y que no realice lanzamientos de misiles balísticos, ensayos nucleares o «actos de provocación». Por eso, insta a su Gobierno a «cesar inmediatamente este tipo de acciones», a cumplir el Tratado No Proliferación y el Acuerdo de Salvaguardias, a firmar el Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares y a regresar a las negociaciones abiertas para la solución de la cuestión nuclear en el marco de las Conversaciones a Seis. Mientras tanto, estudiará «las medidas oportunas» con sus socios de la UE y otros países.

China, Rusia, Reino Unido y Francia, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con derecho a veto, han rechazado unánimemente la acción norcoreana. La comunidad internacional queda a la espera de que China, potencia afín a Corea del Norte, mantenga su rechazo a la hora de expresar acciones contra Pyongyang.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha condenado la prueba nuclear «subterránea» al considerar que es una «clara y grave violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad», al tiempo que ha confiado en que sus 15 miembros adopten las «acciones adecuadas». «Es deplorable que Pyongyang haya desafiado el llamamiento firme y unívoco de la comunidad internacional para abstenerse de llevar a cabo más acciones provocativas», ha dicho el jefe de la ONU, en una nota difundida por su portavoz, Martin Nesirky.

El Gobierno de China ha expresado su firme oposición al ensayo nuclear efectuado este martes por Corea del Norte y ha advertido contra «la proliferación nuclear en la Península de Corea». «China mantiene firmemente su postura en favor de la no nuclearización de la Península de Corea» e insta a «impedir la proliferación nuclear y mantener la paz y la estabilidad en el noreste de Asia», ha declarado el Ministerio chino de Exteriores en un comunicado.

Rusia también ha condenado «firmemente» la prueba nuclear. «Condenamos estas acciones y, junto al lanzamiento de un cohete balístico llevado a cabo a principios [de diciembre], creemos que son una violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad», ha dicho una fuente de Exteriores.

El ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, condenó también en los términos «más enérgicos» la prueba nuclear llevada a cabo por Corea del Norte, que consideró es una violación de las resoluciones de la ONU. El desarrollo de la capacidad nuclear y de misiles balísticos por parte de Corea del Norte suponen una amenaza a la seguridad regional e internacional», dijo Hague en una declaración. «Sus repetidas provocaciones sólo sirven para aumentar la tensión regional, y dificultan las perspectivas de una paz duradera en la península coreana», afirmó el ministro.