Demuestran el origen común de once meteoritos terrestres
J. M. NIEVESMADRID. El estudio de once meteoritos recogidos en diferentes puntos de la Tierra durante más de un siglo y medio (entre 1838 y 2002) ha revelado que todos ellos proceden de un
El estudio de once meteoritos recogidos en diferentes puntos de la Tierra durante más de un siglo y medio (entre 1838 y 2002) ha revelado que todos ellos proceden de un «progenitor» común, un asteroide que existió en las primeras etapas de formación del Sistema Solar. Gracias a un novedoso método de análisis, basado en la alteración que el agua provoca en en los minerales del asteroide, un equipo internacional de astrónomos, en el que participan investigadores del CSIC, ha conseguido determinar la extraordinaria similitud existente entre los once meteoritos, todos ellos condritas carbonáceas formadas hace 4.556 de años en el disco de material protoplanetario del que nació el Sistema Solar. Seis de los meteoritos proceden de la Antártida, y los otros cinco fueron encontrados en Suráfrica, Finlandia, Australia, Argentina y EE. UU.
Josep María Trigo, coautor del estudio e investigador del Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona, explica que el método de clasificación de condritas desarrollado «supone un importante progreso para profundizar en el origen y los procesos de formación de estos fascinantes meteoritos».
Los análisis han mostrado que, en todos los casos, se trata de brechas regolíticas, es decir, procedentes de la superficie del asteroide progenitor, formados por fragmentos reagregados y compactados tras continuos impactos. La fuente del agua que alteró estos materiales pudo ser el hielo o los minerales hidratados presentes en la región exterior del disco protoplanetario, donde se formó el asteroide del que proceden. El estudio sugiere que la alteración por agua tuvo lugar en el asteroide poco después de su formación.
Las condritas carbonáceas son las rocas más antiguas que se conocen. Y las que más información «original» aportan de la infancia de nuestro sistema planetario, ya que durante su formación no colisionaron con otros objetos, y evitaron sufrir diferenciación química de sus componentes, tal y como sucede, por ejemplo, en la Tierra, donde la fusión y redistribución en capas de sus minerales alteró sus propiedades físico-químicas iniciales.
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