Ana Locking, una montaña rusa de sensaciones

Hasta allí, hasta ese sanatorio de retiro, la diseñadora nos lleva de la mano de sus composiciones en las que el blanco, símbolo de pureza y relajación, siempre está presente en los diseños, entrando y saliendo en mayor o menor medida. El verde quirófano, propio del sanatorio hasta el que nos ha llevado, también es básico en su desfile. Por otro lado, como en todo proceso de curación se dan momentos álgidos, Locking ha querido plasmarlos a través de los rojos, que simbolizan ese estrés, ese agobio que se vive puntualmente.

El resultado de todo esto es una colección que se sustenta en cuatro pilares: seducción, sofisticación, serenidad y equilibrio. Todo ello se muestra a través de tulles, gasas adornadas o neopreno.

En los estampados vemos el nombre de la colección, «Magic Mountain», y lunares, muchísimos lunares, en todos los tamaños, combinados con transparencias. ¿Un ejemplo? El espectacular vestido maxi completamente transparente con la excepción de los gigantes lunares en verde menta.

Los complementos buscan dar, tal y como explica la diseñadora antes del desfile, «un punto retro» de la mano de las gafas de sol. Atención a los bolsos, creados para esta ocasión fruto de la colaboración de Locking y Costa. Los zapatos, muy femeninos, combinan lo clásico en la parte delantera y lo moderno con tacones transparentes.