Oscar Pistorius evita mirar al fiscal durante el juicio por la muerte de Reeva
El velocista, acusado de matar a su novia, mantiene las manos apretadas en sus intervenciones ante el juez
abc.es/agencias
El atleta paralímpico Oscar Pistorius se vistió ayer con ropa deportiva ante el tribunal que le juzga en Pretoria por el asesinato de su novia, dejando al descubierto las prótesis, para quitárselas después y demostrar las dificultades que tiene para desplazarse sobre sus muñones . ... Pistorius, quien desde el lunes declara como testigo en el juicio por el asesinato de la modelo Reeva Steenkamp, cambió su habitual traje oscuro por un pantalón corto y una camiseta blanca deportivos, siguiendo instrucciones de su abogado.
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Durante la vista, el corredor mantuvo las manos férreamente apretadas y evitó mirar al fiscal que lleva su caso y que está intentando encontrar incoherencias entre la declaración del velocista y su testimonio en el juicio, según informa el periodista Alex Crawford en su cuenta de Twitter . Pistorius se acercó a la reconstrucción de la puerta que separaba el dormitorio del baño donde murió su novia en la casa del atleta en Pretoria, tanto con las prótesis puestas como utilizando sus muñones. Pistorius exhibió ante la juez , Thokozile Masipa, su falta de equilibrio al caminar sin sus prótesis, prueba con la cual la defensa pretendía mostrar la altura del deportista respecto de la puerta del baño de su casa, a través de la cual tiroteó a Steenkamp el 14 de febrero del pasado año.
«Cogí el arma para proteger a Reeva»
Tras la demostración, el velocista –que tiene las dos piernas amputadas, igual que la modelo Aimee Mullins , desde que tenía once meses de edad– regresó al estrado para relatar cómo en la madrugada del crimen se despertó y trajo del balcón un ventilador a la habitación. El acusado explicó que al volver a la estancia, que se encontraba a oscuras, escuchó la ventana corrediza del baño abriéndose y pensó inmediatamente que un ladrón se había colado en la vivienda.
«La primera cosa que pasó por la cabeza fue que tenía que coger el arma y proteger a Reeva», dijo mientras sollozaba. Tras tomar la pistola –con la que, según dijo, siempre duerme– del lado de la cama, Pistorius trató de alertar a gritos a su novia y al intruso por el pasillo que lleva al baño, aún sobre sus muñones. El corredor afirmó que dejó de gritar para no ser escuchado por el intruso que pensaba que había en la casa.
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