El PP vasco se pregunta: «¿Tanta lucha para esto?»

Fuentes del partido aseguran que la iniciativa, espontánea, es «fruto de la indignación y el dolor» que sienten sus cargos ante la epidemia de corrupción en el PP. «Muchísimos concejales del PP vasco se han jugado la vida por 400 euros para ver ahora cómo algunos se lo llevaban caliente », lamentan desde la dirección de Arantza Quiroga. La presidenta vasca se ha visto obligada en varias ocasiones a defender en público la transparencia de los suyos después de que el extesorero Bárcenas asegurase que la compra de la sede de Bilbao se habría financiado con dinero B procedente de Génova, algo que en el País Vasco desmienten con rotundidad.

«Asco. Corrupción=Cáncer. Imprescindible Operación Quirúrgica. Después de años luchando contra el terror siento vergüenza», señaló Juan Carlos Cano, su portavoz en Juntas Generales de Guipúzcoa. Su presidente, Borja Sémper, comparte su «profunda indignación» y defiende que pasen a la acción para reclamar a Génova que limpie los garbanzos negros y vaya «a por ellos» . «Debemos pasar de esperar a buscar dónde están los corruptos. Aunque suene extraño, porque el PP no es juez, ni fiscal, ni es la Guardia Civil, y sin pretender ser la Inquisición, hay que ir a por ellos», afirma el político vasco, que pide toda la contundencia a la dirección nacional «porque la capacidad de aguante de la sociedad se acaba».

En esa línea, el portavoz en el Ayuntamiento de San Sebastián, Ramón Gómez Ugalde, escribe: «No son cosas pequeñas. O acabamos con tanta gentuza o los ciudadanos acabarán con nosotros». Y añade en otro comentario personal: «Harto, asqueado, dolido, mosqueado… con tanta mierda y tanto chorizo, ladrón y sinvergüenza. Esto no son unas pocas cosas».

Desde Andoain, su concejala Asunción Guerra se suma a la campaña del PP vasco —«Acabemos con la corrupción, caiga quien caiga. Mano dura y todo el peso de la justicia ¡Ya!»—, mientras otro juntero guipuzcoano, Iñigo Arcauz, defiende la dignidad de sus compañeros vascos: «Fuera los mangantes. No todos somos iguales».