El enésimo revés de Bruselas a Mas

Octubre del 2012. Alentado por la alta participación en la manifestación independentista con motivo de la Diada, el presidente catalán se comprometió a construir estructuras de Estado. Lo hacía con el convencimiento de seguir bajo el paraguas de la Unión Europea: «Aunque nos amenacen, no nos sacarán de Europa».

La Comisión Europea tardó diez días en responder. La vicepresidenta Viviane Reding indicó que si Cataluña fuera independiente saldría inmediatamente de la Unión Europea. Unos días antes, unas declaraciones suyas habían dado pie a otras interpretaciones, una confusión que ella misma resolvió en una carta remitida al Gobierno español . A partir de entonces, la posición de Bruselas se ha mantenido inalterable.

El Ministerio de Asuntos Exteriores español mantuvo que la adhesión de un Estado miembro en la UE debía ser aprobada por unanimidad. Y Bruselas asumió el discurso del Ejecutivo de Rajoy: «Si un Estado nos presentara un escenario preciso entonces daríamos una opinión». El propio Joaquín Almunia, vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia, repitió en varias ocasiones que «si una parte del territorio se separase, esa parte se queda fuera y debería volver a empezar si desea ingresar en la UE».

Septiembre del 2013. Un año más tarde. De nuevo Artur Mas calentó la celebración de la Diada con su discurso soberanista. La respuesta del Gobierno fue «diálogo y Constitución». Y de nuevo el portazo de Bruselas, de boca de Pia Ahrenkilde , portavoz de la Comisión Europea: «Si una parte de un territorio de un Estado miembro deja de ser parte de este Estado porque su territorio se convierte en un nuevo territorio independiente, los tratados no se aplicarán más a ese territorio». Artur Mas: « Cataluña estará en Europa decidan lo que decidan los catalanes . La UE nunca se ha enfrentado a un caso como el de Escocia y Cataluña».

La Generalitat continúa haciendo oídos sordos . Pero Bruselas sigue empeñada en repetirle lo que no quiere oír. La última vez, esta misma semana. El portavoz del Ejecutivo comunitario, Alejandro Ullurzun, desmentía la tesis de los expertos de la Generalitat —según ellos, un Estado catalán independiente seguiría dentro de Europa— y repetía: «Si una parte del territorio de un Estado miembro cesa de ser parte de ese Estado porque se independiza, los Tratados dejarán de aplicarse a ese territorio ».

La posición del Ejecutivo comunitario sobre la posible independencia de Cataluña o de otro territorio de un Estado miembro la ha venido repitiendo durante los últimos meses el propio presidente, José Manuel Durao Barroso, o el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, y «no ha cambiado», según ha insistido el portavoz.

Pero el Gobierno catalán no quiere bajarse del burro. El consejero Francesc Homs no dudó en salir a rebatir que una Cataluña independiente salga de las instituciones comunitarias de forma automática. La excusa esta vez, que la Comisión Europea no ha emitido ningún texto por escrito al respecto. Se le acaben o no las excusas a la Generalitat, parece que a Bruselas tampoco se le acaban las ganas de desmontárselas.