El Príncipe, antes de la imputación de la Infanta, ensalza la «contribución» de la gran empresa vasca

Tras el «aurresku» de honor (la danza de bienvenida vasca), el Príncipe y el resto de la delegación se ha dirigido al auditorio dentro de la planta donde le esperaba una nutrida representación de la sociedad vasca, mayoritariamente empresarial. Don Felipe ha tomado la palabra para celebrar especialmente que «en tiempos tan difíciles» España pueda contar con una nueva instalación industrial del calado de la inaugurada por Petronor. Se trata de la unidad de reducción de fueloil, también conocida como planta de coque, que orienta su producción a aquellos productos más demandados por el mercado (propano, butano, gasolina y gasoil) en detrimento del fueloil.

Don Felipe ha valorado esta inversión como «un impulso al avance industrial» y la ha considerado «una apuesta de futuro que infunde confianza», tan necesaria en la actual coyuntura de incertidumbre económica. Ha resaltado que la nueva planta de Petronor «conjuga espíritu industrial, excelencia tecnológica y capacidad de adaptación con la solera y los valores de una firma que es una buena muestra de la sólida tradición industrial del País Vasco y de su contribución al progreso económico y social de toda España».

Ha tenido además un recuerdo cariñoso al origen de la instalación de Múski, que fue visitada en 1973 por el Rey Don Juan Carlos y el hoy Emperador de Japón Akihito. «Da la casualidad de que yo y Petronor nacimos a la vez, hace 45, ahora nos encontramos, espero que este encuentro de paso a encuentros sucesivos para celebrar», ha recalcado Don Felipe.

El ministro de Industria, José Manuel Soria, se ha felicitado por «la trayectoria de una empresa ejemplar» y referente en el sector energético español de la refinería Petronor, con «clara vocación de modernización» como lo demuestra esta nueva instalación pero también el hecho de que ya en 1986 produjo la primera gasolina sin plomo en España.

El presidente de Petronor, Josu Jon Imaz, ha destacado que la transformación de las instalaciones es una garantía de supervivencia futura de la compañía y ha resaltado los efectos que esta inversión lleva «aparejados», en alusión a la creación de empleo y el dinamismo económico generado en forma de exportaciones y recaudación a las maltrechas arcas públicas. Imaz, anterior presidente del PNV, ha agradecido especialmente a los presidentes de los dos grandes socios financieros, Antonio Brufau (Repsol) y Mario Fernández (Kutxabank) su impulso a la «economía real» a través de un proyecto que «representa el futuro y la modernidad».