2012: el peor año de la banca
La elevada exposición al ladrillo obligó a las entidades financieras a realizar un drástico saneamiento que se ha llevado por delante sus cuentas de resultados
M. VELOSO, M. CUESTA
Si hace cinco años alguien se hubiera atrevido siquiera a imaginar que la gran banca española iba a adelgazar sus lustrosos beneficios hasta, en algunos casos, registrar pérdidas hubiera sido tachado sin dudarlo de lunático. Pero la intensidad de la crisis ha dado al traste ... con todos los principios establecidos hasta el momento. La necesidad —y obligación— de sanear balances a marchas forzadas y digerir el empacho de créditos a la promoción y la construcción inmobiliaria ha presionado al máximo los balances de las mayores entidades financieras españolas.
Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell y Banco Popular, los cinco primeros bancos del país descontado Bankia, han visto drásticamente reducidos sus beneficios e incluso algunos han entrado en pérdidas a raíz de los saneamientos impuestos por el Ejecutivo popular. Y es que a lo largo de 2012 estas entidades tuvieron que dotar más de 50.000 millones de euros para cumplir con los llamados «decretos Guindos» —de febrero y de mayo del año pasado— así como para cubrir la imparable morosidad y devaluación de algunos de sus activos.
Año especialmente complejo ha sido para el Popular. La entidad presidida por Ángel Ron, en pleno proceso de absorción de Banco Pastor, fue señalada por la prueba de la consultora Oliver Wyman como una de las que presentaban un déficit de capital; en concreto, de 3.200 millones de euros. Reaccionó rápidamente realizando y cerrando con éxito una ampliación de capital de 2.500 millones . Pero el plan de recapitalización y saneamiento diseñado por la entidad ya avanzaba pérdidas millonarias para 2012. Al final cerró el ejercicio con un agujero en sus cuentas de 2.461 millones, tras realizar saneamiento por 9.600 millones, de los cuales 4.258 dan cumplimiento a esos reales decretos.
Los grupos Santander y BBVA esquivaron las pérdidas gracias al empuje de sus filiales extranjeras, pero sus negocios en España también sufren. La entidad presidida por Francisco González, por ejemplo, ganó 1.676 millones de euros, un 44,2% menos; pero en nuestro país ese resultado fue de 1.267 millones en «números rojos», tras destinar 4.437 al saneamiento del negocio inmobiliario en España. Y el primer banco del país, cuyas ganacias se redujeron un 59%, a 2.205 millones, destinó 4.110 millones a provisiones en nuestro país. Su filial Banesto, que ahora absorberá, registró pérdidas por 955 millones. De esta forma, el grupo presidido por Emilio Botín cierra 2012 con un beneficio «muy pequeño», según explica el consejero delegado de la entidad, Alfredo Sáenz, que no detalla la cantidad exacta.
Ni Sabadell ni CaixaBank han completado las provisiones exigidas por la reforma financiera. Y aun así sus resultados muestran igual tendencia. El primero finalizó el año con un beneficio de 81,9 millones (-64,7%), tras hacer saneamientos por 2.540,6 millones; le quedan otros 400 pendientes. Y la entidad presidida por Isidro Fainé ganó 230 millones de euros (-78,2%): hizo dotaciones por 10.299 millones —incluidos los riesgos de su última compra, Banca Cívica—, pero aún debe provisionar otros 900 durante 2013.
Acelerar la venta de pisos: mayores rebajas
Todas las entidades —hayan cumplido ya o no con ese «plan Guindos»— seguirán soltando lastre a lo largo de este año. O bien en forma de provisiones o bien, quizá por la presión de la puesta en marcha del banco malo , vendiendo el suelo y los inmuebles que se han adjudicado por el impago de deudas como hipotecas. El objetivo es seguir reduciendo la exposición inmobiliaria.
El Santander, que desde 2008 ya redujo casi un 70% su exposición a ese sector, hasta 12.500 millones de euros, ya avanzó el pasado jueves que en este ejercicio provisionará carteras crediticias por 800 millones de euros, que cargará esos sí contra plusvalías, con lo que no tendrá impacto en el beneficio final. Además, Botín ya avanzó que el grupo no tendrá problema en aplicar descuentos mayores para seguir deshaciéndose de sus pisos: en 2012 duplicó las ventas, hasta 33.500 operaciones, rebajando los precios una media del 51%.
BBVA vendió durante el ejercicio pasado 12.000 inmuebles con un descuento medio del 40%. «Las ventas se han ido incrementando mes a mes», señala el consejero delegado de la entidad, Ángel Cano, quien prevé que durante 2013 el banco podrá desprenderse de entre 18.000 y 20.000 adjudicados, reduciendo también los precios si es necesario. El presidente del grupo, Franscico González, explica que su intención «no es vender mucho, poco o bastante, sino vender bien». Aunque hace solo seis meses la entidad admitía que su intención era acelerar la venta de pisos y otros inmuebles de forma que pueda sacar de su balance todos esos activos en un plazo máximo de entre 18 y 21 meses.
CaixaBank, por su parte, estima que en cuatro años será capaz de liquidar su cartera inmobiliaria «Todos los activos incorporados en 2008 están vendidos, y el 90% de 2009, pero no los de ayer; estamos dispuestos a ofrecer descuentos adicionales mientras haya incorporaciones de activos para poder reducir la cartera», explica el consejero delegado del banco, Juan María Nin.
La gran banca parece querer borrar cuanto antes todo rastro de esa exposición problemática al otrora boyante negocio del ladrillo. Y confían en que durante este 2013, con el grueso de ese saneamiento ya concluido, sus cuentas mejoren sustancialmente. ¿Cómo? Centrándose en el negocio tradicional una vez que familias y pymes concluyan también su proceso de desendeudamiento. Todo dependerá mucho por lo tanto de que la economía española inicie o no este año la ansiada recuperación.
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