«Return»: cambio de pareja
La actriz Marta Etura debuta como bailarina junto al coreógrafo Chevi Muraday
JULIO BRAVO
En apenas unas semanas, la actriz Marta Etura ha dejado paso a la directora Marta Etura y a la bailarina Marta Etura. Si hace unos días se presentaba en el teatro Español «Invierno en el barrio rojo», en el que debutaba en la dirección, ayer ... estrenó en las Naves del Español «Return», un trabajo realizado junto al coreógrafo y bailarín Chevi Muraday, al que conoce y sigue desde hace años, y en el que la intérprete baila por primera vez. «Parece que me he vuelto loca –reconoce Marta–, porque han coincidido los dos montajes en el tiempo, pero llevo trabajando en ellos desde hace más de un año».
«Desde que salí de la escuela estoy deseando hacer un montaje de danza. Soy una apasionada de este arte; creo que el teatro y la danza son dos vías que funcionan muy bien juntas; habría que explorar más por ese camino». También Chevi Muraday, coreógrafo, premio Nacional de Danza y director de la compañía Losdedae, ha explorado el territorio teatral en sus trabajos anteriores. «El teatro ha estado latente en mi formación, y en todos mis espectáculos de Losdedae, además de una propuesta escénica teatral, la palabra ha surgido de una manera natural, nunca impuesta, y la he utilizado de manera muy osada. Siempre he trabajado en ellos con directores de escena».
En «Return», Etura y Muraday cuentan con la dirección escénica de David Picazo, los textos de Pablo Messiez y la música original de Ricardo Miluy y Mariano Marín. «La danza y la palabra –explican indagan en las relaciones de pareja y las frustraciones que se originan ante las expectativas propias y las generadas por la sociedad. El punto de partida será las nuevas formas de entender las dificultades de las relaciones y el choque entre la naturaleza propia del amor y la imagen que la sociedad genera del mismo».
Para ninguno de los dos es por tanto un mundo totalmente nuevo. Marta lleva formándose quince años en el mundo de la danza y Chevi hace mucho tiempo que rompió las barreras de los géneros en escena. Sin embargo, para ambos ha supuesto un aprendizaje. El coreógrafo asegura que los dos han descubierto el uno y el otro muchísimas cosas, y eso está latente en la pieza. «Marta me ha descubierto muchísimas fronteras y estoy trabajando en ellas». «Al principio, cuando pensamos en este proyecto –apunta Marta–, pensamos en introducir textos, porque yo soy actriz, y sería muy osado subirme al escenario solo a bailar. Pero, más allá de los tres pequeños textos que hay, existe una interpretación constante desde el minuto 1 hasta el final. Hay dos personajes bailando y actuando a lo largo de toda la pieza». «El movimiento –concluye Chevi– no se ve como un trabajo coreográfico o de danza al uso, sino que todo está justificado por una acción en pro de lo que queremos contar».
La figura de Pina Bausch aparece como inevitable referente en el trabajo de ambos. «Hay una historia, y tanto la palabra como el cuerpo y la interpretación en su totalidad están a su servicio». La necesidad de expresarse, de contar algo es, común tanto a la danza como al teatro. «Ha sido una constante en mi trabajo», afirma Chevi. «He descubierto –sigue Marta–... Lo había ido descubriendo conforme estudiaba danza, pero aquí lo he constatado, que el proceso de la danza es exactamente igual al de la interpretación: hay que estar presente y hacerlo de verdad, bien sea con la palabra o el movimiento».
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