Testigos directos en ABC: «Un batallón español»

«Hasta hoy no me ha sido posible escribir la anécdota magnífica de uno de los batallones de la División, que hace más de un mes marchó a reforzar una posición alemana, bastante amenazada por los bolcheviques. [...] Cuan­do tuve conocimiento de la noticia solicité a mis superiores je­rárquicos autorización para marchar con dicho batallón. [...] Hice mi macuto, eché mi fusil al hombro, y al poco tiempo es­taba a las órdenes directas del capitán Patiño, que mandaba el batallón de refuerzo. [...]

El coronel del regimiento alemán tuvo una reunión de jefes de batallón, con los que discutió la situación militar del sector. En ella —a la que asistió el capitán Patiño—, el coronel alemán indicó la conveniencia de una reconquista de los doscientos metros perdidos, por considerar las trincheras ocupadas en este momento por los rojos como importantes en el disposi­tivo táctico de la defensa.

Una vez terminada la conferencia militar, el capitán Patiño, interpretando aquella preocupa­ción del alemán como una orden, no vaciló un minuto. En las primeras horas de la madrugada, sin preparación artillera de ninguna clase, casi sin morteros, y con las únicas ametralla­doras del batallón, dio la orden de avanzar para reconquistar los doscientos metros perdidos. Desde el puesto de Mando del coronel alemán presenciaron asombrados el espectáculo inenarrable de los españoles, lanzándose, sin más armamento que las bombas de mano, pistolas, ametralladoras y machetes, contra las trincheras bolcheviques.

Los soldados del ejército ruso, sorprendidos por la violencia del ataque, intentaron re­sistir. La batalla se generalizó. Hombre a hombre, los españoles consiguieron dejar un número incalculable de muertos sobre el terreno. Una vez reconquistada la trinchera, el capitán Pati­ño no se detuvo. Después de recorridos los doscientos metros, motivo de toda la operación, se conquistaron al arma blanca, y cuerpo a cuerpo, ochocientos más. La felicitación del Cuerpo de Ejército alemán y de los jefes españoles fue la mejor recom­pensa para los héroes que tomaron parte en aquella acción».