Los Reyes renuevan la cocina y la música en las cenas del Palacio Real
Don Felipe y Doña Letizia ofrecieron un novedoso menú al presidente de Colombia, amenizado por la banda de música de la Guardia Real que tocó "Highlights de la Oreja de Van Gogh"
A muchos de los colombianos y también de los españoles que asistieron anoche a la cena de gala que los Reyes ofrecieron al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y a su esposa, se les debieron poner los pelos de punta de la emoción. La invitación de los Reyes de España era de las que no se olvidan en la vida: el Palacio Real lucía engalanado con sus preciosas alfombras y reposteros; después, el saludo en el majestuoso Salón del Trono a cada uno de los asistentes y, a continuación, la cena en el comedor de gala, cuya mesa estaba cubierta de elegantes vajillas, cristalería y cubertería para 110 comensales.
Los invitados, vestidos de frac y las señoras, con vestido largo y muchos de ellos con las bandas de colores de las distintas condecoraciones cruzadas en el pecho. Entre las invitadas, algunas colombianas que llamaban la atención por su belleza.
Era la segunda cena de gala que ofrecían los Reyes en los ocho meses de Reinado, y Don Felipe y Doña Letizia se esmararon en cuidar los detalles. Una vez en el comedor, el Rey y el presidente de Colombia pronunciaron unos breves discursos de brindis y se empezó a servir la cena. En ese momento, la banda sinfónica de la Guardia Real, dirigida por el coronel músico Enrique Blasco Cebolla, empezó a tocar el pasodoble "Suspiros de España".
Durante las cenas, la banda toca desde una habitación próxima al comedor de gala y su música llena de emoción a los invitados. Anoche tocó varias piezas tradicionales, como el "Concierto de Aranjuez", del maestro Rodrigo; hizo guiños a los invitados con "Colombia, tierra querida" o con la "Feria de manizales", que aunque es colombiana suena a pasodoble español. Pero la que más llamó la atención fue la interpretación de "Highlights de la Oreja de Van Gogh", con arreglos de Octavio J. Peidró.
Habitualmente, los chefs de los menús que se ofrecen en las cenas oficiales van rotando, como rotan también los vinos de las diferentes regiones españolas. Así, la España plural está presente en la mesa.
Y anoche tocó nueva cocina. Se sirvieron tres platos novedosos y un postre de curioso nombre en homenaje al país invitado: "panceta ibérica en caldo de trufa con boletus, carabinero con ensalada de contrastes y caviar de aceite, bacalao confitado con zanahoria, naranja y txangurro y, de postre, chocolate que desaparece con toques de café de Colombia".
La anécdota llegó cuando algunos colombianos preguntaron qué era un carabinero:
-Pues es un crustáceo, tipo gamba o langostino, les explicaron.
-Ah, es que en Colombia, un carabinero es un policía montado a caballo.
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