Los obispos piden tener en cuenta las necesidades de los misioneros

Los obispos también han querido sumarse a la celebración de esta jornada a través de sus cartas pastorales. En ellas, los prelados coinciden en recordar la entrega y también las limitaciones con las que trabajan diariamente los misioneros en los más de 1.070 territorios de misión con los que cuenta actualmente la Iglesia. Por ello, invitan a todos los fieles a colaborar no solo económicamente con ellos a través de las colectas que se celebrarán este domingo en todas las parroquias sino también con la oración.

"Todos debemos recordarles en nuestras celebraciones y oraciones. Ellos lo necesitan y además lo valoran y agradecen. Pero no podemos dejar de recordar que la Santa Sede cuenta con nuestra colaboración económica para poder ayudarles en sus necesidades más básicas", afirma el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela , a la par que recuerda que "no nos debemos dejar de ganar en generosidad" con aquellos que "nos enseñan continuamente que Dios vale la pena, que el servicio a nuestros hermanos es una exigencia del amor de Dios y que la Iglesia es una gran familia en la que cada uno tenemos nuestro lugar y somos importantes".

Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián , aclara por su parte que la transmisión de la fe y la promoción humana y social son "una sola cosa", pese a que, producto de la secularización reintante, muchos digan que los misioneros "antes pretendían hacer cristianos pero hoy en día se limitan a la promoción de los Pueblos del Tercer Mundo sin pretender convertir a nadie". "Evidentemente estamos ante una incorrecta lectura del Evangelio de Jesucristo", apunta el prelado en su carta pastoral con motivo del Domund.

Al respecto, precisa que "la imagen de unas misiones católicas reducidas a la labor de promoción social, y olvidadas de la transmisión de la fe, no es más que una proyección en el Tercer Mundo de nuestra secularización occidental".

El obispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, destaca la encomiable labor de estos laicos y religiosos repartidos en los lugares más recónditos del planeta. "Este año he podido comprobar in situ, en África y en América, esta impagable labor de los misioneros viendo cómo todo el trabajo que se puede hacer en ambientes castigados por catástrofes naturales como los terremotos, o por otro tipo de catástrofes como es la extrema pobreza, la falta de educación, los frutos amargos de la violencia y las guerras. En todos los casos, anunciar la esperanza es comunicar la salvación de Jesucristo que a Buena Noticia sabe".