El hijo de Ortega Cano vuelve a casa

Como una «chiquillada». Así es como el torero José Ortega Cano resume lo que ha ocurrido durante las dos últimas semanas con su hijo José Fernando, que se fue de casa el Día del Padre para irse a vivir con su primo, el hijo de Eugenio Ortega . Según me cuentan, todo empezó a raiz de la relación que Eugenio mantenia con una trabajadora de la finca «Yerbabuena», donde viven los primos y que no era del agrado de sus familias.

Desde niños se han llevado muy bien —lo cierto es que se quieren como hermanos—, y de ahí la enorme complicidad que hay entre los dos adolescentes, que se enfrentaron a sus padres y les dijeron que se iban de la finca para empezar su nueva vida ya independizados. Sobra decir el enorme disgusto que se agarraron los Ortega Cano. Es verdad que José Fernando es mayor de edad y por tanto hasta podría exigir que le entregaran la millonaria herencia que tiene de su madre, la inolvidable Rocio Jurado, pero también que a sus 18 años no tiene formación académica ni profesional para ganarse la vida.

Desde siempre su padre se ha empeñado en darle una preparación, y de ahí la lucha del torero para que su hijo estudie a pesar de todos los centros por los que ha pasado. El último fue en Irlanda, de donde fue expulsado. «Ahora está estudiando a través de unos cursos que hay en internet y por las tardes irá a la autoescuela para que pueda valerse por sí mismo», me comenta Ortega Cano, quien está mucho más tranquilo desde que el pasado domingo se reunieron, hablaron y arreglaron las cosas. El chico y su primo ya han vuelto a «Yerbabuena» y ahora sus padres esperan que la normalidad regrese a sus vidas. «Son chiquilladas de la edad, lo que ocurre es que al ser José Fernando conocido pues todo se magnifica. Pero ya está resuelto», aclara Eugenio Ortega.