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punto de fuga

La poda universitaria

josé garcía domínguez

Acaso la más onerosa de nuestras extravagancias administrativas, la hipertrofia del sistema universitario, el que cada capital de comarca tuviera por irrenunciable prioridad albergar docena y media de facultades y otras tantas escuelas técnicas, parece llamada a su fin. Algo bueno tenía que traer la ... crisis. Y es que, al menos, ha servido para reconciliar al Estado con el principio de realidad. De ahí ese propósito, el de suprimir establecimientos de docencia superior, que acaba de anunciar Mas Colell en un arrebato de sensatez. Absurda, disparatada inflación, la de las universidades de campanario, que, al margen de megalomanías provinciales, quizá obedeciese a un mito económico aquí muy arraigado. Me refiero a esa devoción, genuina fe del carbonero, que entre nosotros se presta a la célebre “economía del conocimiento”. Así, es lugar común por todos admitido que la educación ha devenido principal fuente de riqueza de las naciones, la premisa primera de toda prosperidad presente y futura. Una leyenda urbana, ésa, que encuentra su corolario en el pretendido incremento de la productividad de los trabajadores que iría asociada a ella.

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