China autoriza detener a los disidentes hasta seis meses en cárceles secretas
El Parlamento orgánico del régimen reforma la Ley de Procedimiento Criminal mientras el primer ministro, Wen Jiabao, apuesta por más reformas políticas
PABLO M. DÍEZ
Nuevo retroceso de las libertades y los derechos humanos en la China de la modernidad y el desarrollismo económico . Aunque ya lo venía haciendo de forma habitual, la Policía podrá por ley detener a los disidentes políticos hasta seis meses en lugares secretos, ... comúnmente conocidos como “cárceles negras”.
En la clausura de su reunión anual, así lo ha aprobado este miércoles la Asamblea Nacional Popular, el Parlamento orgánico del régimen chino que se limita a votar las medidas acordadas por el Partido Comunista. Por 2.639 votos a favor, 57 abstenciones y solo 160 en contra, los diputados aprobaron una reforma de la Ley de Procedimiento Criminal que permite a la Policía “hacer desaparecer” a los sospechosos hasta medio año en lugares que no son ni comisarías ni prisiones, por lo general hoteles o casas ocultas del Ministerio de Seguridad Pública .
Según la normativa, dicha medida se aplicará a los acusados de terrorismo, sobornos oficiales y de poner en peligro la seguridad nacional. Un abanico muy amplio que incluye a los disidentes políticos y a los miembros de minorías étnicas perseguidas, como tibetanos y uigures, dando manga ancha al régimen manga ancha para quitarlos de la circulación durante una buena temporada. Aunque la Policía tendrá 24 horas para comunicar el arresto a los familiares, no está claro que deba informar del lugar donde éste permanece confinado.
Como era de esperar, esta nueva regulación ha enervado a los grupos defensores de los derechos humanos y a los sectores más reformistas del sistema judicial chino, que abogan por un mayor respeto a las garantías procesales de los detenidos.
“Miles de personas, como activistas políticos, peticionarios que reclaman justicia y miembros de iglesias clandestinas, son ya retenidas en secreto y corren grave riesgo de ser torturadas”, denuncia Catherine Baber, subdirectora de Amnistía Internacional para Asia-Pacífico, que critica la nueva ley porque “proporciona peligrosas excepciones para criminalizar a los sospechosos, incluyendo aquéllos que simplemente desean expresar pacíficamente sus opiniones”.
Sin ir más lejos, el famoso artista crítico Ai Weiwei se pasó casi tres meses detenido en paradero desconocido el año pasado, tras ser detenido por una supuesta evasión de impuestos. Alarmado por las revueltas a través de internet que sacudieron a los países musulmanes, el régimen de Pekín ha endurecido la represión y lanzado un serio aviso a la disidencia condenado o confinando bajo arresto domiciliario a decenas de disidentes.
Por otra parte, el primer ministro, Wen Jiabao, consideró que las reformas políticas eran “urgentes” en China durante su comparecencia ante los medios tras la clausura de la Asamblea. A preguntas de los periodistas, previamente pactadas, Wen Jiabao se mostró a favor de “reformar la estructura política, en particular en el liderazgo del Partido y del país, para avanzar en los cambios económicos y que no se pierdan los avances logrados en los últimos años”.
El primer ministro, considerado un reformista cuyas anteriores demandas de más democracia fueron acalladas por los medios del régimen, alertó de que “nuevos problemas han germinado en la sociedad china y, si no son resueltos, se pueden volver a repetir tragedias históricas como la Revolución Cultural”.
Tras una década en el cargo, el presidente Hu Jintao y el primer ministro Wen Jiabao serán relevados en otoño. Como sucesores se perfilan, respectivamente, el vicepresidente Xi Jinping y el viceprimer ministro Li Keqian, pero las distintas facciones del régimen ya se mueven entre bambalinas para no perder su influencia en el poder.
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