punto de fuga
Un tal Abdeslam
josÉ garcía domínguez
Un tal Abdeslam, por más señas imán de los fieles en Terrassa, parece que gusta castigar la desobediencia de las mujeres y demás animales domésticos con arreglo a la ley del Profeta; esto es, a muy piadosos palos. Asunto ese, el de la brutalidad islámica, ... que deja entrever el modo en que los valores ilustrados, en tiempos bandera irrenunciable de la izquierda, han acabado migrado hacia de la diestra. Si en su día los conservadores comparecieron ante el tribunal de la Historia en calidad de abogados del “status quo” dominante frente al desafío de los progresistas, ahora mismo sucede justo al revés. Hoy, es la derecha quien encarna la libertad intelectual ante esa esclerosis ética que responde por "corrección política". El triste sucedáneo al que han dado en aferrarse los huérfanos de Rousseau después de la bancarrota intelectual del socialismo en sus distintas mutaciones.
La corrección política, definitiva perversión de la democracia liberal en nombre del repudio a Occidente. Inopinada variante blanda, posmoderna, del espíritu totalitario que, tantos años después, vuelve a amenazar a Europa. Al respecto, nada más estruendoso que el silencio de cierta progresía doméstica frente el enésimo Abdeslam que emerge a la luz en Cataluña. Clamorosa mudez la que impone el canon de la escolástica progre tras blindar a ciertas minorías, con los musulmanes a la cabeza, como moralmente aforadas. Tal que así han llegado los Abdeslam y su larga e iracunda mano a constituirse en víctimas al amparo de toda crítica. En eso ha acabado el buenismo socialdemócrata, en alegre cómplice de sus sepultureros, que diría Kundera. Siempre en las antípodas morales de los verdaderos heterodoxos. Gente como Salman Rushdie, abocado a la muerte en vida por inapelable sentencia de los ayatolás. O Theo van Gogh, ya asesinado. O Hirsi Ali. O los autores de las caricaturas de Mahoma. O los contados pocos que aquí osan cargar con el sambenito de xenófobos al infringir la ley del silencio multiculturalista. Que Alá nos coja confesados.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete