Carlos Urquijo: «No admitiré una broma sobre la unidad de España»

—Se ha fijado por objetivo prestigiar la labor del Estado en el País Vasco. ¿Cómo piensa lograrlo?

—Haremos un esfuerzo de comunicación para que los vascos conozcan y valoren todos los servicios que presta la Administración General aquí. Desgraciadamente, hasta hoy la Delegación se ha identificado en exclusiva con la lucha antiterrorista, pero el nuevo tiempo nos permite destinar más recursos a cuestiones como la Sanidad exterior, Costas, Seguridad Social, Cultura, Tráfico, control de inmigración...

—La crisis ha alimentado el mensaje nacionalista de que «España lastra a Euskadi». ¿Lo comparte?

—En absoluto. Al contrario, España es una fortaleza para el País Vasco. Precisamente esta semana conocemos que los datos de paro han sido bastante peor aquí que en el resto del país, así que esa afirmación no se sostiene. Lo que sea bueno de la gestión del Gobierno para impulsar la economía en Madrid o en Castilla-La Mancha incidirá también aquí.

—¿Podemos permitirnos 17 defensores del Pueblo, 17 agencias de protección de datos, 17 de todo?

—Me consta que el Gobierno trabaja seriamente en la reducción de organismos, entidades, sociedades públicas que supongan duplicidades. Es pronto para verlo, pero el PP no mantendrá estructuras clientelares para beneficiar personas próximas del partido como ha ocurrido en el pasado.

—El Euskobarómetro revela que el Gobierno se estrena con récord de desconfianza entre los vascos.

—A mí eso no me preocupa. Quiero conocer el dato dentro de cuatro años. Estoy absolutamente seguro de que esa desconfianza se reducirá a medida que se vaya viendo que las reformas económicas del Ejecutivo tienen éxito y se va recuperando empleo.

—Los votantes del PP vasco dan al gabinete de López un 4,2 de nota. ¿Qué balance hace de la legislatura?

—Por fuerza, debe ser positivo. Se ha demostrado que se podía hacer otra política pensando en las personas y no en las identidades. La tolerancia cero con ETA y su mundo se ha aplicado todos los días, aunque haya podido haber excepciones mejorables. Este Gobierno, con el apoyo del PP, se fijó por objetivo la derrota del terrorismo y es evidente que hemos acertado.

—¿También usted cree que el final de ETA es irreversible?

—Lo será cuando se produzca la disolución de la banda terrorista. Estamos en un escenario mejor, pero no nos conformamos. Demandamos su disolución, la petición de perdón, el reconocimiento del daño causado y la colaboración con la Justicia. Hay más de 300 asesinatos sin esclarecer. Por tanto, no es cuestión de ser optimista o pesimista, sino exigente.

—¿Es un error haber apagado ya el pebetero de la Ertzaintza?

—El Gobierno del PSE ha querido ir demasiado rápido en algunas cuestiones para satisfacer a la opinión pública que demanda un nuevo tiempo. Y hablo también por el anuncio publicitario de la retirada de escoltas a los viceconsejeros... No voy a decir que el apagado de la llama es precipitado, pero no pasaba nada por mantenerlo hasta la disolución de la banda.

—¿No es contradictorio afirmar que ETA se reorganiza y al mismo tiempo aprobar la reducción de escoltas?

—Lo lógico es adecuar las medidas de seguridad a los riesgos existentes. Las FSE aportan información relevante al ministerio y parece que no se detecta la posibilidad de que vuelvan los atentados personales. Pero todo es reversible. Si en un momento dado las FSE, que son las que verifican —y no las comisiones internacionales «de parte»— detectaran otra cosa, se repondrían los servicios de escolta.

—¿Y debe mantenerse el número de efectivos de las FSE en el País Vasco?

—Por supuesto. Además de en la lucha contra el terrorismo, en la que siguen al 100%, desarrollan muchas funciones como el control de la inmigración, la lucha contra el narcotráfico, el blanqueo de dinero, el control de puertos y aeropuertos, la tramitación del pasaporte y DNI... Aun en el caso de que ETA se disuelva, no tendrán por qué reducirse los efectivos.

—¿Puede darse en España un escenario similar al que ofrece Cameron a Escocia? Parece que el PNV se disfrazará de escocés en el Carnaval...

—No tiene nada que ver. Ya quisieran los escoceses tener el nivel de autonomía que tiene Euskadi respecto a la Administración Central. El Gobierno no permitirá ni una broma en relación con la unidad de la Nación.

—¿Le sorprende que Eguiguren, que es profesor de Derecho Constitucional, pida una Constitución vasca?

—Hace tiempo que renuncié a comprenderle. Le digo lo que Ares: si Batasuna le aplaude, es que se equivoca. Lleva demasiado tiempo lejos de las aulas y sus años de negociaciones con ETA le han hecho perder la perspectiva. La Constitución de los vascos es la de 1978, que aprobaron por abrumadora mayoría. No hay que buscar otra.

—¿Cómo afronta su relación con Bildu? ¿Le dará la mano a Garitano?

—Tengo claro que mi responsabilidad institucional sobrepasa mi opinión particular sobre quien aún justifica la violencia.