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Tatum O'Neal: «Nunca me sentiré totalmente a salvo»

¿Cómo pasó de ganar un Oscar a los 10 años a ser una adicta al crack y a la heroína a los 40? La respuesta, según ella, está en el abandono de su madre y la violencia de su padre, el actor Ryan O’Neal. En esta entrevista nos cuenta su historia con toda su crudeza.

Tatum O'Neal: «Nunca me sentiré totalmente a salvo»

HELENA DE BERTODANO

Tatum O’Neal no es como otras actrices. No elude las preguntas personales; en realidad, se presenta a nuestra cita tan enfadada que, durante una hora, solo se detiene para respirar.

Su principal queja es su relación con su padre, el actor Ryan O’Neal. "No deja de tratarme mal", dice. Habla con sinceridad sobre su difícil época de actriz precoz ganadora de un Oscar (por 'Luna de papel', con 10 años), sobre su matrimonio fallido con John McEnroe, con quien tiene tres hijos, y sobre su lucha contra la adicción. A sus 47 años, acaba de escribir su segunda autobiografía. El título, 'Found: a daughter’s journey home' ('Encontrada; la hija vuelve a casa'. Ed. HarperCollins, no publicado en nuestro país), es ilusorio. "Mi padre sigue siendo mezquino", confiesa antes de lanzarse a una conversación salpicada de llanto. "Ha cumplido 70 y no creo que cambie. Pienso que, al final, hay que estar ahí para un padre que se hace mayor y olvidar lo estúpido que ha sido".

Tatum viene de un programa de entrevistas. Su padre y ella han viajado hasta Los Ángeles para promocionar una serie de documentales televisivos, 'Ryan and Tatum: the O’Neals'. Y, pese al frente unido que han expuesto en la promoción, está que arde. "Se ha traído de Nueva York a una mujer, su secretaria parece. Tiene 25 años y ha salido con mi hijo Sean (de 23) y mi hermanastro Redman (de 26)".

Tiene un carácter raro, mezcla de amabilidad y aspereza. Me dice que tengo pinta de inteligente, pero suena a elogio hueco, ya que no logro mediar palabra. Aún así, me cae bien. Y la creo. Parece que lo único que le motiva es la necesidad desesperada de contar su historia.

Infancia problemática

La estrella de Ryan O'Neal estaba en ascenso cuando Tatum nació, en 1963. Su madre, Joanna Moore, también era actriz, pero ni ella ni Ryan estuvieron a la altura como padres. "Creo que su fama les daba permiso para quedar absueltos de cualquier responsabilidad hacia nosotros”.

Cuando el matrimonio se vino abajo, Tatum, de dos años, y su hermano pequeño, Griffin, se mudaron con su madre a un rancho destartalado, donde los niños se criaron casi solos. "En las garras de la adicción [al alcohol] –escribió Tatum en su primer libro, 'A paper life' (Ed. HarperEntertainment, sin publicar en España)– nos abandonó sin comida ni zapatos, harapientos, apaleados y sufriendo abusos de los hombres de su vida". En su segundo libro añade que su madre "tenía un novio de 16 años que nos pegaba con varas de higuera. Nos encerraban en el garaje tanto tiempo que comíamos comida para perros".

En 1970, cuando Joanna perdió la custodia por conducir bebida, Griffin y Tatum se fueron con su padre. O’Neal acababa de protagonizar 'Love story'. Al principio, le encantó vivir con él en su mansión de Malibú. Idolatraba a su padre y quería acompañarle a todas partes. "Me metía mucho entre él y las mujeres... Acabó odiándome". Lo tuvo solo para ella cuando trabajaron juntos en 'Luna de papel'. Pero, asegura, a Ryan no le gustó que le robara protagonismo y que ganara un Oscar. Ni él ni su madre fueron a la ceremonia. "Dicen que tenía celos y posiblemente fuera verdad. Estaba demasiado ocupado con otra película como para asistir. Obviamente, me habría gustado. Es un egoísta".

El galardón le creó unas expectativas excesivas. "Cuando ganas un Oscar, sobre todo tan joven, hay que superarse continuamente. Pasar de actriz precoz a mujer adulta es complicadísimo". Haría otras películas ('International velvet', 'Basquiat' y 'The runaways') pero nunca con tanto éxito. Mientras, la relación con Ryan empeoró. "Cuando llegué a la pubertad, ya no quiso ejercer de padre", dice. Solía dejarla en casa de una de sus mejores amigas, Vivian Kubrick, hija de Stanley. "A veces, durante meses enteros. Allí tampoco me querían". Dice que su padre solía dañarla físicamente. ¿La abofeteaba? "No, palizas de verdad. Nos pegaba a mí y a mis hermanos [O’Neal tiene hijos con Leigh Taylor-Young y Farrah Fawcett], y a Farrah". Le detuvieron por una supuesta agresión a Griffin en 2007, pero se retiraron los cargos. "Solo hacía falta una palabra. Así funcionan los maltratadores. Dices o haces algo incorrecto y estás jodido". Recuerda unas vacaciones que pasaron juntos cuando ella tenía 14 años. "Me llevó a visitar a una de sus amigas en el sur de Francia y fuimos con un amigo suyo que había abusado sexualmente de mi. Fue extraño. Fumábamos hierba en el coche y en la playa se reía de mí ante su amiga".

Dice que ha intentado suicidarse tres veces pero, poco después de nuestra conversación, su padre aseguró en televisión que fue una farsa. Tatum me llamó. "Mi padre habla con tanto ingenio que la gente le cree. Tengo las cicatrices. ¿Por qué no quiso saber por qué lo hacía?", dice furiosa.

Explica que su padre no tuvo demasiada relación con sus hijos después de irse a vivir con Farrah Fawcett en 1979. Tatum, que tenía 15 años, dice que no conocía bien a Fawcett. "La veía como un ideal de belleza, pero me habría gustado que hubiera sido un poco más maternal. Necesitaba esa clase de relación". Por mucho que deseara una niñez diferente, reconoce que es lo que la ha hecho así. "Ahora soy muy fuerte. Cuando sabes, de niña, lo que es estar al borde de la muerte y sentirte sola, y ves a tu madre incapaz de levantarse y llevarte al colegio, y que tu padre no recuerde tu cumpleaños y no te deje acabar el instituto... tienes que idear una forma de sobrevivir".

De niña a mujer

De adolescente salió con Michael Jackson ("la persona más dulce y cariñosa sobre la faz de la tierra"). Después se enamoró de John McEnroe, ya una leyenda del tenis. Los primeros años fueron idílicos. "En mi vida había una gran falta de moralidad. Pero John era muy moral y un gran padre para nuestros hijos. Estábamos enamorados y yo me sentía en un lugar seguro". La relación se fue a pique por su "pasado traumático" y por la decepción de McEnroe cuando dejó de ser el número uno. "Era bastante crío y estaba bajo una gran presión. Sus padres eran muy duros con él". Pasaron por un divorcio complicado y Tatum se hizo adicta a la heroína. McEnroe obtuvo la custodia de sus tres hijos, Kevin, Sean y Emily. "Creo que, en cierto modo, se parecía a mi padre. Son hombres de todo o nada. Fue muy negativo con mi drogadicción. Le parecía una debilidad moral. Es lo que es. Lo estoy superando".

Tatum volvió a encontrar el camino y empezó a recibir papeles en series como 'Sexo en Nueva York' y 'Ley y orden'... hasta que, en 2008, la detuvieron por comprar crack. Pasó una noche en la cárcel. Al salir, la esperaban los periodistas. "Nota para actores famosos drogadictos –escribió–: cuando compréis crack, no digáis a la policía que estáis preparando un papel. No se lo tragan". Ahora asegura que lleva más de un año limpia. "Que una mujer y madre sea adicta a los 40 es complicado y vergonzoso –dice–. Creo que nunca me sentiré a salvo del todo. No voy a bares y no salgo a cenar con gente que beba mucho. Al principio me costó, pero ahora es un placer".

O'Neal no se siente incómoda contando su historia. "No tengo reservas al hablar de mi vida porque me han explotado tanto que prefiero contarla en mis propios términos". Cuando murió Fawcett, Tatum asistió al funeral. Fue a dar un abrazo a su padre y él, sin reconocerla, le dijo: "Oye, guapa, ¿tomamos una copa? ¿Quieres que salgamos de aquí?". Le dije: "Papá, soy yo, Tatum". Ni siquiera se avergonzó. Para él, todas las mujeres son iguales, seres conquistables. Pero no voy a dejar que me ningunee como hace con todas ellas".

Padres e hijos

Sus tres hijos, ya mayores, casi no conocen a su abuelo. El menor, Sean, intentó acercarse a él y hasta vivió en su casa durante un tiempo. Ryan, supuestamente, perdió los nervios con él cuando se negó a aparecer en la serie de televisión. "Le echó del coche. Mi padre le quería en el programa como compinche".

Durante mucho tiempo, Tatum se culpó por no haber criado bien a sus hijos. "He perdido mucho tiempo sin ellos y no puedo recuperarlo. Ese es mi gran remordimiento. Se lo dije anoche a Kevin [su hijo mayor, aspirante a escritor] y me contestó: "Mamá, no habría podido escribir mi libro si no hubiéramos pasado lo que hemos pasado como familia". Siento que mis hijos me quieren y es todo lo que necesito".

Por el momento, dice que está "muy feliz soltera". Cree que su niñez le impide forjar relaciones duraderas. Le pregunto si se adelanta para que nadie la rechace. "No permitiré que eso ocurra; ya me pasó de pequeña. Nunca me he permitido querer a nadie tanto como a mi padre".

Perdonó a su madre, que acudió a una adolescente Tatum para pedirle ayuda económica antes de morir de cáncer de pulmón, en 1997. "Al final, lo arreglamos. Murió en mis brazos". ¿Y su padre? "Es curioso, pensé que le había perdonado pero él no deja de hacer las cosas mal”. Le pregunto si aún le quiere. Se mira las manos y masculla algo, pero las palabras se ahogan en un mar de lágrimas. Levanta la cabeza y vuelve a intentarlo: "Claro que le quiero, ese es el problema". (Más información en Hoy Mujer)

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