LA VERTIENTE MÁS INQUIETANTE DEL GOBIERNO TURCO
Persecución de periodistas «molestos»
D. IRIARTE
Un tribunal de Estambul dictaminó ayer que los periodistas Nedim Sener y Ahmet Sik, encarcelados por su presunta vinculación con la red golpista «Ergenekon», continúen en prisión. Ambos, no obstante, afirman que el verdadero motivo es que sus escritos han molestado a personas influyentes en ... el Gobierno. «Estoy aquí porque soy un periodista en busca de la verdad», declaró ayer Sik. «No traje mi libro, por si acaso explotaba», añadió en tono de burla. Ciertas o no las acusaciones, Turquía parece sumida en una espiral de juicios y arrestos a periodistas que ha sido señalada como «preocupante» por instituciones como la Comisión Europea. En su último informe, el Instituto Internacional de Prensa calificó a Turquía de país «enemigo de la libertad de prensa», y recordó que más de 80 periodistas permanecen encarcelados en este país, más que en Irán o China. Muchos de ellos están acusados de «terrorismo», bien por sus supuestos vínculos con la guerrilla kurda del PKK, o por su relación con «Ergenekon».
Desde el Gobierno turco se defienden asegurando que las listas que maneja la Unión de Periodistas de Turquía es «incorrecta». «Yo personalmente he investigado esa lista. Tres de las personas allí citadas no existen, seis nunca han sido arrestadas, y 48 son miembros de una organización terrorista», aseguró el ministro de Justicia, Sadullah Ergin.
«El delito político ocupa un lugar privilegiado en la jurisprudencia, pues quien lo comete tiene garantizado el derecho de asilo. Ésa es la razón por la que se utiliza el argumento del terrorismo: con él desacreditan a los detenidos», opina Orhan Gazi Ertekin, copresidente de la Asociación de Jueces Democráticos de Turquía.
Además, los abusos de las fuerzas de seguridad se han incrementado en los últimos años, según la Fundación Turca de Derechos Humanos, especialmente tras la aprobación de la nueva legislación antiterrorista en 2006. Más de 500 estudiantes permanecen detenidos y enfrentan severas penas de prisión, acusados de pertenecer a organizaciones terroristas de izquierda.
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