José Ignacio Wert: «Vamos a acabar con la cultura de la subvención»
El ministro de Educación, Cultura y Deporte anuncia que actuará «con decisión» contra la pirateríaJosé María Lassalle asegura diálogo en su toma de posesión como secretario de Estado de Cultura
J. B.
José Ignacio Wert, nuevo ministro de Educación, Cultura y Deporte, aprovechó ayer la toma de posesión del secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, para trazar las principales líneas maestras de acción de su departamento. Wert insistió en la decisión de actuar contra la ... piratería intelectual, anunció la elaboración «urgente» de una nueva ley del mecenazgo y prometió acabar con «la cultura de la subvención». Mucho más breve, Lassalle tan sólo apuntó sus intenciones formales, basadas en «la voluntad de diálogo, sensatez y entendimiento con todos los sectores culturales».
Tras comentar la escasa idoneidad del día —26 de diciembre, San Esteban— para la asistencia de público a un acto como el celebrado ayer, Wert celebró el aforo, que definió como «un chute de apoyo en un día tan malo». A continuación, el ministro defendió la fusión de ministerios. «Para disipar cualquier tipo de suspicacia o de recelo: no ha desaparecido la cartera de Cultura. Pero es un afán imprescindible en estos tiempos simplificar todo lo que sea susceptible de simplificar».
Wert centró «el marco preciso de las competencias culturales del Estado» en la «conservación, mantenimiento y promoción del patrimonio cultural; la comunicación cultural entre Comunidades y la promoción de la acción exterior». «En ningún caso —añadió Wert— es el Estado un fabricante de cultura. Es un depositario, un dinamizador, un relé de coordinación y distribución de la creación y el patrimonio cultural. El Estado no es el dueño de la cultura, sino apenas el responsable de que crezca y pase a la siguiente generación en las mejores condiciones posibles».
Tras anunciar que ya se había solicitado una comparecencia parlamentaria para explicar las líneas maestras del ministerio, José Ignacio Wert se refirió a lo que denominó «las referencias esenciales del modelo cultural que pretendemos desarrollar». Según las palabras del ministro, se ha de promover el intercambio cultural y se ha de «impulsar el protagonismo de la sociedad y de los creadores a través sobre todo de la institución del mecenazgo como soporte activo para estos».
Aseguró el ministro que «la cultura debe ser uno de los componentes esenciales de la marca España». «Vamos a desarrollar —añadió— cuantas sinergias sean posibles entre la industria, el comercio, la cultura y la acción exterior para crear una plataforma dinámica y atractiva de difusión del patrimonio y la cultura de nuestro país».
El activo del idioma
El papel determinante de la lengua española, «uno de los activos más relevantes» de nuestra cultura, como «instrumento del intercambio de talento y conocimiento», obliga a impulsar, según palabras de Wert, la cooperación con los países iberoamericanos». Y en otro orden de cosas, se impulsará «la conmemoración de los grandes acontecimientos históricos y culturales, empezando por el prácticamente inminente bicentenario de la Constitución de Cádiz de 1812».
«Cuidadosa y realista»: así definió Wert la estrategia que quiere seguir el ministerio durante la legislatura. No se olvidó de la crisis —«tiene que funcionar con los recursos muy ajustados, los propios de la época que nos ha tocado administrar»— y abordó a continuación una de las más polémicas partidas del departamento: «No vamos a acabar con la subvención de la cultura, pero sí con la cultura de la subvención». Para ello, es urgente y prioritaria, añadió, la regulación del mecenazgo, «cuyo instrumento legislativo esperamos tener listo para presentar al Congreso en este primer período de sesiones».
José Ignacio Wert agravó el tono de su discurso al hablar de la protección al derecho de la propiedad intelectual. «Muy pronto —anunció— vamos a tener novedades al respecto». Ninguno de los objetivos para lograr que la cultura sea «un pivote de vitalidad creativa y un elemento de dinamización económica, que tanto necesitamos, es compatible con la existencia de agujeros regulatorios que permitan la desprotección de la propiedad intelectual y el expolio de los creadores culturales».
La firmeza en la lucha contra la piratería fue el último argumento de su discurso: «Nadie —aseguró Wert— va a respetar la cultura de un país que lidera el ranking de descargas ilegales. Por ese camino no vamos a ninguna parte. Y como queremos ir muy lejos y queremos que existan condiciones de viabilidad para la creación y la difusión cultural vamos a actuar con decisión contra quienes se lucran indebidamente del trabajo intelectual o creativo de otros, y no contra quienes simplemente se aprovechan de las posibilidades que esas redes lucrativas crean. Pero les puedo asegurar que lo vamos a hacer y nada ni nadie nos va a arredrar para hacerlo».
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