desde el iese
Charlatanes
La crisis no ha tocado fondo y nos esperan más noticias negativas. Y todo ello aderezado, además, por unas elecciones generales que, estando cerca, siguen estando demasiado lejos
JOAN FONTRODONA
Hace pocos días me he encontrado con una palabra del lenguaje ordinario elevada a la categoría de término académico: el charlatán organizacional. Se definen así aquellos individuos que se preocupan más por cómo son percibidos por los demás que por mejorar su rendimiento efectivo. Para ... los charlatanes, la imagen cuenta más que la realidad: no se trata de hacer cosas, sino de parecer que las hacen.
Hemos dejado atrás un verano atípico, y no me refiero sólo a las cambiantes condiciones meteorológicas. Que se modifique la Constitución en menos de un mes es algo atípico; el euro ha conseguido lo que ni siquiera ha conseguido la igualdad de derechos en la sucesión dinástica. Las prisas nunca son buenas.
El otoño se presenta movido. La crisis no ha tocado fondo y nos esperan más noticias negativas. Y todo ello aderezado, además, por unas elecciones generales que, estando cerca, siguen estando demasiado lejos. El terreno está, pues, abonado para el charlatanismo político.
En épocas de elecciones las promesas se venden baratas. De hecho, ya hemos empezado a escuchar los primeros cantos de sirena, con halagos que poco se corresponden con los hechos. Haríamos bien en no olvidar la historia reciente, y todas las promesas que quedaron incumplidas. El momento es demasiado serio como para caer en nuevas astracanadas. Hay que distinguir entre eslóganes y argumentos, entre la verborrea fácil y propuestas difíciles, entre clichés y análisis realistas. Lo último que necesitamos ahora es que triunfen los charlatanes.
Joan Fontrodona es profesor de Ética Empresarial del IESE, Universidad de Navarra.
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