fórmula 1
Ferrari, un lustro en persecución
Logra más puntos en el tramo central de cada curso, cuando la escudería evoluciona las mejoras de sus rivales
JOSÉ CARLOS J. CARABIAS
Saben en Ferrari, y así lo cuentan, que Fernando Alonso lanzaba mensajes a la prensa española para que presionase a sus antiguos equipos, Renault y McLaren . A nadie asusta la estratagema porque la Fórmula 1 funciona con estos códigos. Todo ... el mundo, directores de equipo, pilotos y aspirantes a pilotos, buscan la propaganda de sus ideas a través de esas plataformas sonoras. Sucede que la escudería italiana despliega una férrea política de transmisión con el exterior, puro catenaccio, y más de una vez se ha escuchado este año en la guarida del cavallino rampante que «en Ferrari esto no sucederá».
Frente a toda la prensa mundial que se quiso acercar al motor-home de Ferrari el pasado domingo por la tarde después de la victoria de Vettel con aspecto de sentencia, salió Alonso a la tribuna pública y, con luz y taquígrafos, deslizó una frase simbólica que resume la vitalidad funcional de su equipo: «Esta bien recuperar terreno, pero empezar bien está mucho mejor» . Y amplió el mensaje directo, sin intermediarios, en una parrafada corta: «Necesitamos innovar, ser más creativos en el diseño, ofrecer algo nuevo».
Resumió el asturiano en esa intervención una película que ha dejado su seña desde hace un lustro. Ferrari evoluciona su coche mejor que nadie, pero no inventa . Tiene músculo, pero no imaginación.
El debate viene de lejos. En el último lustro, la escudería italiana modificó por completo su estructura de mando y se italianizó. El pack triunfal que habían formado Michael Schumacher , Jean Todt (actual presidente de la Federación Internacional del Automóvil) y Ross Brawn (número uno de Mercedes) dio paso al dúo formado por Raikkonen y Massa y ejecutivos italianos al frente de las maniobras del equipo más lustroso de la historia.
Los cinco títulos de Schumacher
Schumacher conquistó cinco títulos mundiales del tirón y fue desalojado del pedestal por Alonso (campeón en 2005 y 2006). El último entorchado de Ferrari fue, en realidad, un rebote con lazo de regalo de McLaren. Alonso y Hamilton llegaron a Brasil tirándose de los pelos y Raikkonen aprovechó el pésimo clima del enemigo para levantar la copa.
Todt se despidió de Ferrari con ese trofeo y desde entonces la sequía prevalece en Maranello. Sobre todo, la carencia es palmaria en el primer tramo de cada curso. Ferrari no gobierna las salidas de los últimos Mundiales . Escandaloso fue el arranque de 2009, el peor de su historia. Seis puntos en las cinco primeras carreras. Fue la irrupción de una novedad tecnológica, el doble difusor de Brawn que hizo estragos en la competencia.
Llegó 2010, la bandera de la ilusión con Alonso a la cabeza de un proyecto estable y duradero. Cinco años de contrato. Pero en el departamento de Milton Keynes, donde Adrian Newey y su grupo de cerebros piensan para Red Bull, se encendió la bombilla del gas del motor lanzado hacia el difusor, una solución que provoca más agarre a la pista a los coches que vuelan. Red Bull lleva dos años dominando la F-1, a pesar de que la fuerza de voluntad de Alonso mantuviese en pie a Ferrari hasta la última carrera, la dichosa de Abu Dhabi.
Este año no ha supuesto una excepción. Ferrari ha empezado lejos de Red Bull, 93 puntos por 222 . Los coches energéticos ya no se rompen. La escudería italiana ha reaccionado con celeridad y reflejos en el ciclo central: 138 puntos frente a 204 de su enemigo. Ha llegado tarde de nuevo. Pero el telescopio apunta a la frase de Alonso: innovar y crear antes que copiar.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete