CUBA, FEROZ E INMÓVIL
La muerte del opositor Juan Wilfredo Soto, presunta víctima de la represión castrista, deja al Gobierno socialista contra las cuerdas de su propia ensoñación. Convertido en embajador de la enésima farsa de los hermanos Castro ante la UE, donde no ha dejado de mediar para tratar de modificar la Posición Común, el Ejecutivo de Zapatero ignora ahora la prueba que pone de manifiesto, para quien tuviera dudas, el inmovilismo feroz de la dictadura caribeña. Asfixiada por la crisis y al borde del colapso, Cuba vende como reformas lo que no es sino la huida desesperada de un fracaso que no puede seguir siendo amparado y pregonado por el Gobierno español.
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