La SGAE, tras el futuro del Palacio de la Música de Madrid
La crisis económica y el cambio de dirección en Caja Madrid podrían precipitarla venta del edificio
SUSANA GAVIÑA
Si hace un año y medio la Sociedad General de Autores (SGAE) rubricaba la compra de dos teatros en la Gran Vía de Madrid —Coliseum y Lope de Vega— para sumarlos a su red Arteria, en estos momentos esta en conversaciones, según ha podido saber ... ABC de dos fuentes cercanas a Caja Madrid, para la adquisión de un tercer edificio en la misma calle. Se trata del Palacio de la Música, comprado por la entidad financiera hace dos años para reubicar en él sus ciclos musicales. De esta manera, la sala recuperaba su actividad original —para la que fue construido en 1926 por Secundino Zuazo, por encargo de la SGAE—, además de brindar un espacio alternativo al Auditorio Nacional.
La crisis económica y el cambio de presidencia en Caja Madrid, con el relevo de Miguel Blesa por Rodrigo Rato, habrían hecho zozobrar un ambicioso proyecto. Si la compra del Palacio de la Música por Caja Madrid se convirtió en una gran noticia para el mundo de la música, su venta supondrá una decepción para los aficionados que esperaban que se convirtiera en el Carnagie Hall de Madrid.
La entidad financiera, que a lo largo de los últimos años ha realizado una importante inversión en cultura, enfocando parte de sus esfuerzos en la recuperación y difusión del repertorio español a través de ciclos como Los Siglos de Oro, pero también con la música de cámara o el lied, decidió dar un paso de gigante al adquirir el edificio de la Gran Vía.
La inversión realizada fue importante: 30 millones en la compra, a los que habría que sumar alrededor de 20 millones para la rehabilitación de un espacio que en los últimos años se utilizó como sala de cine. La reinauguración del Palacio de la Música estaba prevista para finales de 2012.
Aunque el desembolso inicial era fuerte, a largo plazo suponía una operación de prestigio para la entidad financiera y de rentabilidad económica, pues además de no tener que pagar alquileres a terceros para programar sus ciclos, se convertía en una oportunidad para alquilar la sala a otras instituciones (uno de los posibles inquilinos era la Sinfónica de la RTVE). Lo cierto es que el relevo en la cúpula de la entidad había retocado en alguna medida los planes originales de Caja Madrid, que inicialmente tenía previsto gestionar el espacio a través de su Fundación —que ha presidido Rafael Spottorno, que acaba de jubilarse—. Con la llegada de Rato la estrategia cambió, barajándose la posibilidad de que fuera un tercero quien lo hiciera (siguiendo el modelo de Esperanza Aguirre en los Teatros del Canal y el Teatro-Auditorio de San Lorenzo de El Escorial), y asumiendo así menos riesgos económicos.
Tampoco esta fórmula ha debido convencer a Rato, quien parece dispuesto a desprenderse del Palacio de la Música, un espacio muy goloso para la SGAE, que poco a poco se puede convertir en la dueña de la Gran Vía. La entidad de gestión, que está en pleno proceso electoral, tardó varias horas en dar una respuesta a este periódico, en la que desmentía la existencia de negociaciones.
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