Los niños soldado de Chávez

Para legalizar su plan de militarización de la sociedad civil , el gobierno ha lanzado dos medidas controvertidas por su carácter inconstitucional, según sus críticos: la reforma de la Ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana del 21 de marzo y la obligación de los cursos militares, dictados por la milicia, en el sistema educativo nacional desde primaria hasta la universidad, según la resolución del Ministerio de Defensa publicado en la Gaceta Oficial el 24 de marzo.

La reforma del ordenamiento militar es la cuarta que se realiza en los últimos cinco años. En su artículo 66 permite a los milicianos y voluntarios portar armas, tener rango de oficiales sin estudios de la Fuerza Armada Nacional (FAN) y dirigir tropas.

La coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática ha rechazado la reforma, puesto que considera que liquida las Fuerzas Armadas como institución y afirma que «la milicia es un cuerpo armado paralelo a la FAN». Para el ex senador Pablo Medina, «Chávez usará las milicias para reprimir las revueltas populares porque sabe que va a perder las elecciones de 2012 ».

Estas mismas milicias van a entrenar a los niños a partir de los seis años hasta los jóvenes de la universidad en cuestiones militares para «defender la revolución y a Chávez». Según manifestó a ABC la directora de la ONG Control Ciudadano, Rocío San Miguel, «es una manera engañosa y peligrosa que el gobierno tiene para entrar con la milicia a las aulas» , lo que «rechazamos y pedimos al mandatario que revoque la medida».

Leonardo Carvajal, directivo de la ONG Asamblea de Educación, comparó la medida chavista con el fascismo: «El ministro de Defensa no puede imponer que la educación para la defensa integral sea el eje integrador del sistema educativo venezolano. Esa visión es propia de regímenes militaristas. Nuestra educación debe estar centrada en los valores de la solidaridad, la paz y la búsqueda de la armonía, nunca en los valores de la violencia y la guerra». Carvajal añadió que la Venezuela actual «no acepta que militaristas retrógrados la igualen con los valores que tuvo Esparta en la antigüedad y la Alemania nazi en el siglo pasado».