Kirchner muere y deja malherido al peronismo
El ex presidente argentino, fallecido ayer de un infarto fulminante a los 60 años, no ocultaba su intención de volver a ser jefe del Estado
CARMEN DE CARLOS
Murió Néstor Kirchner. El corazón del ex presidente y hombre más poderoso de Argentina dijo basta. El peronista más conocido del siglo XXI falleció ayer en su feudo patagónico de El Calafate a los 60 años. Kirchner, como se refería a él su esposa, la ... presidenta Cristina Fernández, había estado reunido la noche anterior con un grupo de amigos cuando comenzó a sentirse mal. A primera hora de la mañana sufrió un paro cardiaco. El dispositivo de urgencia se puso de inmediato en marcha pero no fue suficiente para salvarle la vida. «Muerte súbita», sentenció su médico personal, Luis Buonomo. Se trataba de un infarto fulminante.
La noticia convulsionó a una Argentina que amanecía tranquila. Se realizaba el censo nacional y las escuelas, oficinas, edificios y centros públicos permanecían cerrados a cal y canto. Lo que en principio corría como un rumor se confirmó antes del mediodía. El secretario general de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), presidente del Partido Justicialista (PJ), diputado y ex presidente de la Nación, había fallecido.
En su feudo de El Calafate
Todos los intentos por reanimarle habían sido infructuosos. Su esposa, Cristina Fernández, le acompañó en una ambulancia al Hospital José Formentí de El Calafate, refugio del matrimonio o «cable a tierra» según expresión de la jefa del Estado. En éste centro se certificaría su defunción a primeras horas de la mañana. Los principales ministros del Gobierno se trasladaron allí, donde se celebró un velatorio íntimo. Hoy la escena se repetirá en un escenario más solemne: la Casa Rosada.
Néstor Carlos Kirchner, de 60 años de edad, deja dos hijos, Máximo y Florencia. El primero se encontraba en la provincia cuando su padre sufrió el último ataque al corazón que terminaría con su vida. La hija se encontraba en los Estados Unidos, donde cursa estudios de cinematografía.
La salud del patriarca peronista no era buena desde hace tiempo. Oficialmente padecía de colón irritable y, como su padre murió de un cáncer de colón, los rumores sobre que padecía la misma afección eran insistentes. Hemorragias intestinales y otras complicaciones le llevaron a diversos hospitales en los últimos años. Sin embargo, las crisis más recientes tenían su origen en una red de arterias obstruidas y un corazón débil. Este año Néstor Kirchner sufrió, al menos, dos episodios graves. En febrero fue la carótida, y en septiembre la escena, con matices, se repetía con otra arteria.
La mejor explicación de esa tendencia de llevar su salud al límite la dio ayer Ricardo Alfonsín: «A Kirchner le dijeron la salud o la militancia. Y eligió la militancia». El hijo del ex presidente Raúl Alfonsín, y virtual candidato a la Presidencia en las elecciones del próximo año, apuntaba a la razón de vida del ex presidente: el poder político y económico. Quería volver a ser el jefe del Estado.
Durante la dictadura
Militante en las juventudes peronistas en su época universitaria, Kirchner simpatizó con la guerrilla montonera que hizo imposible el gobierno de Isabel Martínez de Perón. Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, Kirchner y su mujer se trasladaron al sur, a la provincia de Santa Cruz. Allí amasaron parte de su fortuna durante el régimen militar. Con los años él ascendería de intendente (alcalde) a gobernador. Durante la dictadura estuvo preso un par de días en un episodio confuso.
La defensa de los derechos humanos fue la bandera del Gobierno de Néstor Kirchner, que continúa enarbolando su mujer. Las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, más conocidas como «del perdón», quedaron anuladas en el Congreso a instancia suya. Pero sus promesas iniciales de transparencia y combate contra la corrupción quedaron en entredicho con el transcurrir del tiempo. Todavía hoy se desconoce el destino de unos ochocientos millones de dólares de la provincia de Santa Cruz que Kirchner manejó.
Por otro lado, las acciones de compañías argentinas y los bonos estatales se dispararon ayer en los mercados internacionales. La posibilidad de que el peronismo pierda las presidenciales de 2011 ha subido muchos, pero muchos, enteros tras la súbita desaparición de Néstor Kirchner.
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