Cuarenta heridos en la plaza de Toros de Tafalla al saltar un astado al tendido

Fuentes del Gobierno de Navarra señalaron que, aunque no se teme por la vida de ninguno de los afectados, un vecino de Oiartzun (Guipúzcoa) de 47 años -J.M.U.A.- fue corneado en la espalda. Se le intervino en la enfermería del coso y fue trasladado posteriormente al Complejo Hospitalario de Navarra, en Pamplona, junto a otros nueve espectadores que presentaban heridas leves en seis ambulancias y cuatro coches particulares. Entre estos heridos había un niño de 10 años , que permanece en la UCI pediátrica tras sufrir diversas policontusiones debido a que el toro se le cayó encima; dos jóvenes de 24 -R.S.C. e I.Z.C.- ; una joven de 23 -I.R.D.- y una menor de 17. Asimismo, otras veinticuatro personas fueron atendidas en el centro de salud de la ciudad con traumatismos también leves y varias más recibieron asistencia médica en la plaza por roces, golpes menores y cuadros de ansiedad.

Los hechos tuvieron lugar a las 18.45 horas. El toro, de Ana Corera de Larraga y de nombre “Quesero”, ya había intentado rebasar la barrera dos veces y se había roto un cuerno. Y justo cuando trataban de devolverlo a los corrales porque no reunía las condiciones necesarias para el certamen, el astado se precipitó sobre el público que abarrotaba el coso y, como si de una venganza se tratara, recorrió a trompicones unos cincuenta metros de las gradas embistiendo a su paso a varios asistentes -a uno de ellos le propinó una cornada en el dorso-, mientras otros se lanzaban al suelo como podían para no ser arrollados. Fueron minutos de pavor, gritos y desconcierto, aunque finalmente un grupo de unas veinte personas consiguió amarrar al animal con una soga para poder estoquearlo.

“Jamás había sentido tanto miedo. Aún me tiembla el pulso. El toro ya había hecho un par de intentonas, pero yo estaba relativamente tranquilo. Y de repente, he visto que el animal saltaba y, tras quedarse clavado en la valla unos segundos con medio cuerpo colgando, se nos ha venido encima. Entonces ha llegado el caos. Yo me he tirado escaleras abajo y todo el mundo se ha vuelto loco. Había pisotones, empujones, chillos, golpes… Y luego se ha vivido una gran confusión con el lío de las ambulancias y los traslados. No entiendo cómo no ha ocurrido algo peor”, explicó un afectado por contusiones a este periódico.

En la plaza de Toros se encontraban agentes del área de Prevención de la Policía Foral, a los que se sumó una patrulla de la División de Juegos y Espectáculos, que se encargará de redactar las diligencias.

Pero éste no fue el único incidente taurino que vivió ayer Tafalla. El encierro de la mañana duró veintidós minutos debido a que un toro se quedó rezagado, lo que provocó numerosas escenas de tensión y peligro. Por suerte, no hubo heridos por asta de toro.