La Iglesia cubana «espera más excarcelaciones» en breve

Las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Cuba son «cordiales, respetuosas, continuas y en ascenso», según el comunicado oficial que publicaba ayer «Granma», el órgano del partido comunista. El diario informaba de la visita a Cuba de Dominique Mamberti, secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, que llegó a la isla el martes pasado y anteayer se entrevistó con Raúl Castro. En la cita con Raúl, Mamberti estuvo acompañado por el nuncio, Angelo Beccio; y Castro, por su ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, quien seguidamente despidió al delegado eclesiástico en el aeropuerto de La Habana.

La visita de Mamberti se ha solapado con el proceso de diálogo abierto entre la Iglesia y los Castro sobre los presos políticos. Fruto de esas conversaciones, el régimen excarceló el pasado 12 de junio a Ariel Sigler, de 47 años, un disidente que se encuentra muy enfermo, y ha permitido el acercamiento de presos a cárceles situadas en sus provincias de origen.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, Dionisio García, dijo ayer que «esperaba más excarcelaciones tras la visita de Mamberti».

Según una destacada figura de la disidencia, Elizardo Sánchez, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), los Castro ya han tomado la decisión política unilateral de trasladar a prisiones cercanas a sus hogares a presos políticos y excarcelar a los reos más enfermos. «La decisión ya está tomada. Ahora los objetivos son puramente mediáticos. El régimen persigue en estos momentos —afirmó Sánchez ayer en conversación con ABC desde La Habana— estirar la noticia, publicar un novelón por entregas. Podrían hacerlo perfectamente todo de una vez y en el acto, pero no quieren».

Raúl Castro y Mamberti

Sobre la visita de monseñor Mamberti a Cuba, y de su entrevista con Raúl, Sánchez comenta: «La repercusión ha sido poca, lo cual se corresponde con las características tanto de Roma como del régimen cubano, de no exteriorizar demasiadas cosas».

Preguntado sobre el hecho de que el enviado del Vaticano no se haya visto con disidentes, especialmente con el grupo de las Damas de Blanco (madres, esposas y familiares de presos políticos), también expresa su extrañeza. «Sobre todo porque las Damas de Blanco, unas ochenta mujeres, estaban el domingo en la iglesia de Santa Rita, a unas 6 manzanas de donde se hallaba Mamberti, pero éste no hizo nada por verlas, por acercarse a la iglesia de Santa Rita».

Ariel Sigler y su esposa, Noelia Pedraza, estuvieron el domingo en casa de Elizardo Sánchez. Sigler le dijo que los Estados Unidos le habían concedido un visado para que pudiera ser atendido médicamente allí. Su intención era comenzar los trámites para que el Gobierno cubano autorizara su partida.

Preguntamos a Sánchez sobre el estado de Sigler y contesta: «Sigue empeorando». Sigler fue encarcelado en 2003 junto a otros 75 disidentes. En sus más de siete

años de cautiverio ha sufrido graves lesiones. Denuncia Elizardo: «Cuando yo lo conocí, Sigler era un joven atlético y sano que pesaba 200 libras (unos 90 kilos). Ha salido enfermo, parapléjico y pesando menos de 100 libras (45 kilos)».

Aun en el caso de que el régimen autorice la partida de Sigler a EE.UU., su salida de la isla se demorará varias semanas por los plazos de los trámites burocráticos. En Miami reside Miguel Sigler, hermano de Ariel, y como él ex preso político.

En La Habana, todos esperan que en los próximos días el Gobierno excarcele a algunos de los presos políticos más enfermos, como José Luis García, Guido Sigler (hermano de Ariel), Pedro Argüelles, Librado Linares, Juan Carlos Herrera, Alfredo Felipe, Julio César Gálvez y Arnaldo Ramos, que con 68 años es el preso de más edad. «De entre los 50 presos políticos cuyo estado de salud es incompatible con la estancia en prisión, estos son los que peor están. Como ve, tienen dónde escoger», concluye Sánchez.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, Dionisio García, expresó ayer su confianza en que se produzcan nuevas excarcelaciones de presos políticos tras la visita a la isla del secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, Dominique Mamberti. «Todos esperamos que continúen las excarcelaciones y otras medidas adicionales, por ejemplo con los enfermos. Con todo ese grupo de personas que se llaman presos políticos y que no han cometido actos de violencia. Que puedan salir», dijo García. Rubén Darío Ruiz, consejero en la Nunciatura, fue más cauto, en conversación ayer con ABC. No podía añadir nada al comunicado oficial. «¿Y qué piensa de la críticas de la oposición a Mamberti, de que no haya hablado con las Damas de Blanco?», le preguntamos. Darío Ruiz se pone cortante: «Muchas gracias, no damos entrevistas, y mucho menos por teféfono».

Las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Cuba son «cordiales, respetuosas, continuas y en ascenso», según el comunicado oficial que publicaba ayer «Granma», el órgano del partido comunista. El diario informaba de la visita a Cuba de Dominique Mamberti, secretario del Vaticano para las Relaciones con los Estados, que llegó a la isla el martes pasado y anteayer se entrevistó con Raúl Castro. En la cita con Raúl, Mamberti estuvo acompañado por el nuncio, Angelo Beccio; y Castro, por su ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, quien seguidamente despidió al delegado eclesiástico en el aeropuerto de La Habana.

La visita de Mamberti se ha solapado con el proceso de diálogo abierto entre la Iglesia y los Castro sobre los presos políticos. Fruto de esas conversaciones, el régimen excarceló el pasado 12 de junio a Ariel Sigler, de 47 años, un disidente que se encuentra muy enfermo, y ha permitido el acercamiento de presos a cárceles situadas en sus provincias de origen.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, Dionisio García, dijo ayer que «esperaba más excarcelaciones tras la visita de Mamberti».

Según una destacada figura de la disidencia, Elizardo Sánchez, líder de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), los Castro ya han tomado la decisión política unilateral de trasladar a prisiones cercanas a sus hogares a presos políticos y excarcelar a los reos más enfermos. «La decisión ya está tomada. Ahora los objetivos son puramente mediáticos. El régimen persigue en estos momentos —afirmó Sánchez ayer en conversación con ABC desde La Habana— estirar la noticia, publicar un novelón por entregas. Podrían hacerlo perfectamente todo de una vez y en el acto, pero no quieren».

Raúl Castro y Mamberti

Sobre la visita de monseñor Mamberti a Cuba, y de su entrevista con Raúl, Sánchez comenta: «La repercusión ha sido poca, lo cual se corresponde con las características tanto de Roma como del régimen cubano, de no exteriorizar demasiadas cosas».

Preguntado sobre el hecho de que el enviado del Vaticano no se haya visto con disidentes, especialmente con el grupo de las Damas de Blanco (madres, esposas y familiares de presos políticos), también expresa su extrañeza. «Sobre todo porque las Damas de Blanco, unas ochenta mujeres, estaban el domingo en la iglesia de Santa Rita, a unas 6 manzanas de donde se hallaba Mamberti, pero éste no hizo nada por verlas, por acercarse a la iglesia de Santa Rita».

Ariel Sigler y su esposa, Noelia Pedraza, estuvieron el domingo en casa de Elizardo Sánchez. Sigler le dijo que los Estados Unidos le habían concedido un visado para que pudiera ser atendido médicamente allí. Su intención era comenzar los trámites para que el Gobierno cubano autorizara su partida.

Preguntamos a Sánchez sobre el estado de Sigler y contesta: «Sigue empeorando». Sigler fue encarcelado en 2003 junto a otros 75 disidentes. En sus más de siete

años de cautiverio ha sufrido graves lesiones. Denuncia Elizardo: «Cuando yo lo conocí, Sigler era un joven atlético y sano que pesaba 200 libras (unos 90 kilos). Ha salido enfermo, parapléjico y pesando menos de 100 libras (45 kilos)».

Aun en el caso de que el régimen autorice la partida de Sigler a EE.UU., su salida de la isla se demorará varias semanas por los plazos de los trámites burocráticos. En Miami reside Miguel Sigler, hermano de Ariel, y como él ex preso político.

En La Habana, todos esperan que en los próximos días el Gobierno excarcele a algunos de los presos políticos más enfermos, como José Luis García, Guido Sigler (hermano de Ariel), Pedro Argüelles, Librado Linares, Juan Carlos Herrera, Alfredo Felipe, Julio César Gálvez y Arnaldo Ramos, que con 68 años es el preso de más edad. «De entre los 50 presos políticos cuyo estado de salud es incompatible con la estancia en prisión, estos son los que peor están. Como ve, tienen dónde escoger», concluye Sánchez.