China, un país de «pequeños emperadores»
Una pareja y su hijo pequeño sonríen en el cartel frente a la parada de autobús. La imagen de la típica (e impuesta) familia se repite por toda China. La política del hijo único se aplica desde finales de los años 70 para controlar el ... crecimiento de la población. Sólo se puede tener un vástago por familia urbana y dos por familia rural si el primero es una niña. Saltarse la norma está castigado con una alta multa que equivale al salario de diez años de un trabajador chino y que se aplica en función de la renta.
No obstante, algunas parejas ricas infringen la ley. Las clases altas que quieren tener más hijos viajan al extranjero para dar a luz. Muchas madres embarazadas acuden, por ejemplo, a Hong Kong, que es independiente en materia sanitaria, para parir allí.
En un país con un régimen político comunista y acostumbrado a las grandes masas humanas y al trabajo en equipo se impone el individualismo al más puro estilo capitalista. El hijo único es, en muchos casos, también nieto único, vive sin primos ni tíos y recibe toda clase de atenciones . Los padres se vuelcan en su educación, no escatiman en gastos y no dudan en presionar a sus «pequeños emperadores» para que se conviertan en números uno en una sociedad en la que el capitalismo ha llegado para quedarse en el ámbito laboral.
Xiaoyan, una guía turística de 40 años, explica a ABC.es su preocupación porque su pequeña hija única de ocho años se aplique en múltiples actividades y vaya a clases particulares por las tardes e incluso los fines de semana para conseguir el objetivo que obsesiona a la mayoría de padres chinos: el examen de acceso a la universidad . «Quizá presionamos mucho ahora a nuestros hijos, pero queremos que accedan a un puesto de trabajo cualificado en el futuro», observa Xiaoyan. Como ella, la mayoría de mujeres chinas, viven volcadas tanto en la educación del hijo único como en un trabajo que contribuya a mantener a la familia.
Los niños, víctimas del sistema, viven presionados. La enseñanza de muchas materias en China es altamente exigente. Por ejemplo, las matemáticas que se enseñan en la escuela incluyen conceptos universitarios. Como consecuencia de ello muchos niños acuden por estrés al psicólogo antes de cumplir los seis años. El origen de estos problemas está relacionado con las horas de estudio que los niños dedican ya que suelen estudiar un 50% más de lo indicado en la escuela y no les queda tiempo para jugar . Esta tendencia es sólo una manifestación más de la carrera del Gran Dragón Rojo para poder competir en el mundo del siglo XXI. Los chinos son conscientes de la pelea capitalista y quieren ser los primeros en el orden económico mundial. Anclados en la tradición Pese a este capitalismo de escaparate, la población china sigue anclada en tradiciones ancestrales. Altamente supersticiosa, obsesionada por la simbología de los números, el horóscopo y sobre todo, muy machista. En el ámbito rural, tener una hija es considerado como una desgracia . Por ello, está permitido tener un hijo más en los casos en que el primogénito sea mujer. Los campesinos consideran que un hombre lleva mejor las duras tareas del campo y además la costumbre establece que sea el varón quien se encargue de sus padres cuando sean mayores. En consecuencia, la política del hijo único es catastrófica para muchas familias. Algunas parejas sólo tienen una niña y viven angustiados con la idea de que cuando se case sólo se dedicará a su marido y a la familia de éste.
La ebullición china
«He vivido el comunismo, el socialismo y el capitalismo más savaje. Todo ha ido muy rápido», explica Xiaoyan. Ella tiene tres hermanos y no acaba de entender la política del hijo único. Sueña con darle un hermano a su pequeña, pero sabe que si sigue viviendo en Pekín, será, de momento, prácticamente imposible.
Pero, la realidad empieza a cambiar. El pasado julio, las autoridades de la cosmopolita ciudad de Shangai animaron por primera vez a las parejas chinas a tener un segundo hijo para evitar el envejecimiento de la población. Nueve años antes, en 2000, las autoridades permitieron tener más hijos a las parejas en las que tanto el hombre como la mujer son hijos únicos. El cambio en estas políticas se debe a que en que la sociedad china envejece a un ritmo desenfrenado , lo que podría llevar a que el Gran Dragón Rojo pierda su abundante mano de obra.
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