ETA prohíbe a Otegi que impulse un partido crítico con el terrorismo
Los expertos creen que al final, como siempre, los sectores pragmáticos de Batasuna se plegarán a las directrices de la que sigue siendo su «vanguardia»
Los más pragmáticos temen que si Batasuna no se presenta a próximas elecciones habrá un trasvase de sus bases hacia Aralar
Consideran ya insostenible celebrar ruedas de prensa y actos políticos sin unas siglas propias
El pretendido partido no condenaría expresamente a ETA, pero escenificaría ... su apuesta por las vías políticas e institucionales
ETA responde que la «izquierda abertzale» también debe prepararse para afrontar un «largo período de confrontación» con el Estado
No permite relegar la «lucha armada» a la «lucha política» como le han pedido sectores de Batasuna
ETA prepara una ofensiva coincidiendo con el «gudari eguna» del próximo 27 de septiembre, para recordar que son «tiempos de guerra»
Los «duros entre los duros» de ETA han advertido a los sectores más posibilistas de Batasuna, representados por Arnaldo Otegi y Rafael Díez Usabiaga, que no den los pasos para constituir un nuevo partido, aparentemente desmarcado de la estrategia terrorista, ya que la «izquierda abertzale» debe prepararse también para afrontar un «largo período de confrontación con el Estado».
En los últimos meses, los mensajes de un hiperactivo Otegi han girado en torno a la necesidad de acumular fuerzas nacionalistas para la constitución de un «polo soberanista». La propuesta va dirigida a EA, Aralar y a las bases del PNV, ya que de la invitación excluye al EBB de Urkullu. Otegi fijó este otoño como punto de partida para desarrollar la iniciativa que, sin embargo, tiene nulas posibilidades de entrar en una fase de concreción por cuanto las formaciones nacionalistas ponen como condición que Batasuna plante a ETA.
Salir del aislamiento
En este contexto, las Fuerzas de Seguridad disponen de datos que apuntan a que Otegi y compañía estarían preparando las bases para una refundación de Batasuna o la constitución de un nuevo partido que, sin condenar expresamente a ETA, sí apostaría en sus estatutos por impulsar las vías políticas. Ello iría en la línea de la solicitud que sectores de Batasuna y LAB hicieron a la banda hace meses para que en la actual coyuntura relegue la «lucha armada» en favor de la «lucha política». Así, se mostrarían dispuestos a darse un plazo para convencer a ETA de que abriera un «período de distensión», a cambio, por supuesto, de que el Gobierno se comprometiera a abrir otro «proceso de paz».
Lo que quieren a toda costa Otegi y Usabiaga es que la «izquierda abertzale» sumisa a ETA salga de su creciente aislamiento. Consideran que para ello es imprescindible disponer de un partido legal, a través del cual puedan celebrar actos políticos con siglas propias, y no prestadas. Pero, sobre todo, estiman que es vital que se puedan presentar, también con denominación de origen, y no falsificada, a próximas elecciones. Unos comicios más sin presencia de Batasuna en las urnas pueden abrir las compuertas a un trasvase masivo de sus votos tradicionales hacia la «izquierda abertzale» sin pistolas, la que lidera Aralar.
Así lo han hecho llegar Otegi y Usabiaga a la dirección de ETA. Pero los últimos datos en poder de las Fuerzas de Seguridad apuntan a que los cabecillas de la banda les han exigido que nada de aventuras encaminadas a una refundación de Batasuna o la constitución de un nuevo partido que escenifique un desmarque del terrorismo. Es más, los «dienteputos» , «pastores» y «paticortos» han advertido que la «izquierda abertzale» debe estar preparada para afrontar un «largo período de confrontación con el Estado». Esto es, ha de estar dispuesta a asumir como estrategia propia, con inquebrantable disciplina, una ofensiva terrorista, puesta ya en marcha, que busca, desde una posición de fuerza, imponer al Gobierno una negociación política. Es la conclusión del proceso interno que ETA concluyó a principios de este verano.
Amagar y envainar
Las últimas llamadas al orden de ETA coinciden con un repliegue verbal de Otegi, que lleva varias semanas prácticamente callado, en contraste con la locuacidad desplegada en meses anteriores. Con independencia de que este silencio sea casual o debido a los requerimientos de la banda, las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por ABC creen que finalmente Otegi, Usabiaga y compañía no se atreverán a dar los pasos para la constitución de un nuevo partido, y se quedarán en el estribillo del «polo soberanista», que es el únido discurso que parece que les queda en la actual coyuntura de bloqueo. Ha sido el comportamiento constante de Otegi: amaga para envainar.
Todo ello lleva a concluir a los expertos que ETA pretende llevar a cabo en breve una nueva ofensiva. Su actual debilidad operativa le impide una escalada sostenida en el tiempo, así que se ve forzada a intentar campañas terroristas breves. Probablemente, según los mismos medios, intentará «algo sonado» en torno al 27 de septiembre, fecha que conmemora el «gudari eguna» (día del soldado vasco), con el objetivo de recordar a Batasuna que son «tiempos de guerra».
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