Suscribete a
ABC Premium

Epifanía tomasista

EL cielo de la plaza de toros de Málaga es un cilindro azul en el que no revolotean palomas picassianas sino gaviotas del puerto cercano que se acercan a ver a José Tomás al conjuro de su leyenda de tremendismo suicida. Las palomas zurean junto ... a las buganvillas del palacio de Buenavista, el museo donde el perfil cubista y deconstruido de Françoise Gilot se asoma al otro lado de una persiana de esparto a un jardín de piedra en el que suena la vecina campana de los agustinos. Algo más lejos, en las bulliciosas calles del centro en feria, atruenan las charangas y una multitud sanferminera baila pasodobles en chanclas y hace botellón en las plazuelas con cartojal helado. Huele a fritanga, sal y Mediterráneo.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia