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López, no nacionalista y lendakari

CON el telón de fondo del previsible adiós político de Juan José Ibarretxe, el discurso de investidura del nuevo lendakari marcó ayer las directrices de su gobierno y, si se cumplen lealmente, darán lugar a una transformación radical del País Vasco. Los mensajes de López ... no eran nuevos en su contenido, porque son los que el PP vasco y el Partido Socialista de Euskadi -éste de forma discontinua e incompatible en más ocasiones de las disculpables- ya defendieron en 2001 y alimentaron el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo de diciembre de 2000. En este sentido, el homenaje que ayer rindió José María Aznar a Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo Terreros no era en vano. La gran novedad de ese discurso es que no fue el de la resistencia al nacionalismo y a ETA, sino el programa de gobierno para los próximos cuatro años. No fue pronunciado por un nacionalista resignado fatalmente a permanecer en la oposición, sino por quien hoy es el primer lendakari no nacionalista, aupado al cargo, además, por un pacto político de alto nivel con el PP. Por tanto, no puede haber continuidad tras casi treinta años de hegemonía nacionalista, porque no es políticamente posible, ni éticamente admisible. El lendakari López pronunció el discurso que muchos vascos querían oír como advenimiento de una nueva etapa y por el que tantas víctimas perdieron su vida a manos de ETA. PP y PSE ofrecieron ayer al unísono una alternativa moral a una sociedad alienada por la imposición nacionalista y por el terror de la violencia. Ahora también los vascos tienen la responsabilidad de demostrar que la indiferencia ante ETA, la insolidaridad con las víctimas y el silencio cómplice son cosa del pasado.

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