Suscribete a
ABC Premium

¿Gibraltar español?

.. Ahora los británicos afirman con toda seriedad que sus territorios incluidos en el comité de descolonización de la ONU bajo esa categoría ya no lo son, que la relación entre el Reino Unido y Gibraltar es ahora una relación «moderna» y que de cualquier manera tienen tan poco respeto por las acciones descolonizadoras del organismo internacional que ni siquiera se van a molestar en pedir que la lista sea suprimida o modificada...

A Juan Durán, con permanente afecto

Es difícil, por no decir imposible, imaginar el conjunto de circunstancias que harían posible el retorno de Gibraltar a la soberanía española. La experiencia históricamente acumulada demuestra que el Reino Unido no tiene el más mínimo interés en permitir ... esa retrocesión. Y paralelamente la conducta española con relación al territorio británico está tan salpicada de inconsecuencias y debilidades que ha servido de terreno abonado sobre el que Londres ha construido su mostrenca voluntad de permanencia. El exitoso resultado diplomático del ministro Castiella en Naciones Unidas al obtener el endoso a la postura española no pudo contar con el suficiente apoyo internacional que merecía, al proceder de un país recortado en su acción internacional por la presencia de un régimen autoritario. Tras la muerte de Franco pronto, sin embargo, se pudo comprobar que la reanudacion de las conversaciones hispano-británicas y las posibilidades apuntadas cuando España negociaba su adhesión a la OTAN, en donde el interés americano para facilitarla había llevado a Washington a obtener de Londres concesiones sobre el Peñón -un comienzo de cosoberanía- no conducían a ninguna parte. La cosoberanía fue vigorosamente rechazada por la cúpula de las fuerzas armadas españolas, guiados por el maximalista deseo del o todo o nada. Y las negociaciones entre Madrid y Londres, aprovechando el impulso que proporcionaba la democracia recién estrenada, y con la verja que Castiella habia dejado cerrada a finales de los sesenta, perdió gran parte de su virtualidad cuando, llegados los socialistas al poder, a finales de 1982, la primera decisión de política exterior de su gobierno fue la de abrir la verja sin negociación ni contrapartida de ningún tipo. Tanto como para recordar a los británicos, nacionales de la «perfida Albión», que en España siempre encontrarían los mejores aliados para sus conveniencias.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia