«Me parece increíble que no se siente con Zapatero»
Irán, Irak, Afganistán, Pakistán, Rusia y ... España. Entre una compañía bastante dudosa -y en el contexto de reproches cruzados en materia de política exterior- nuestro país empieza a ser una especie de tema recurrente dentro de los debates que están sirviendo como obligatorio prologo televisado ... para las reñidas elecciones que Estados Unidos celebrará el próximo 4 de noviembre. Después de la mención realizada por Barack Obama en el primer cara a cara presidencial celebrado la semana pasada en la Universidad de Misisipi, el foro dedicado a los «número dos» también ha contado con una nueva referencia a la «no-visita» de José Luis Rodríguez Zapatero a la Casa Blanca.
En Saint Louis, la ocasión se presentó hacia la mitad del debate vicepresidencial cuando la gobernadora Sarah Palin (a pesar de sus limitadas credenciales en política exterior y haberse sacado un pasaporte por primera vez en su vida el año pasado para un viaje oficial) intentó cuestionar el buen juicio diplomático de Barack Obama con el argumento de que un presidente de Estados Unidos nunca debe sentarse a negociar sin condiciones y directamente con países abiertamente hostiles como Irán. Según la candidata republicana, «eso es algo que va más allá de ser una mala equivocación, es peligroso».
Aliado de la OTAN
Durante su correspondiente turno de réplica, el senador Biden argumentó la necesidad de conectar con países enemigos, especialmente tras el unilateralismo practicado durante la Administración Bush y la necesidad de que Estados Unidos vuelva a contar con alianzas fuertes en el sistema internacional. El candidato demócrata cerró su argumento con el siguiente ejemplo sobre la cerrazón diplomática de los republicanos: «John McCain dijo hace tan solo dos semanas que ni si quiera se sentaría con el gobierno de España, un aliado de la OTAN que ahora tiene con nosotros tropas en Afganistán. A mí esto me parece increíble».
El diario «Detroit Free Press» ha seleccionado esta contestación de Biden con las cejas subidas como la mejor demostración de las condenas retóricas típicas del Senado. Mientras que la campaña de John McCain ha reiterado que el candidato republicano está interesado en una fuerte relación con España aunque resulta prematuro, e incluso ridículo, que a un mes de las elecciones un candidato presidencial empiece a fijar su agenda.
Hessy Fernández, directora de comunicación hispana de la campaña republicana, ha desmentido categóricamente que la posición de McCain reflejada en una entrevista radiofónica con el grupo Unión Radio sea producto de una confusión sobre dónde está España o quién es Zapatero. Como tampoco se debería interpretar como un rechazo. En su opinión, la polémica «no es más que un truco electoralista de Obama a partir de algo sacado fuera de contexto, la realidad es que John McCain es todavía aspirante a la presidencia y que Barack Obama no tiene ninguna experiencia en política internacional».
Con todo, en el trasfondo de esta polémica figuran también otros factores de la relación bilateral entre EE.UU. y España que han convertido a Zapatero en el único líder de Europa occidental no bienvenido en la Casa Blanca. La propia Madeleine Albright, ex secretaria de Estado durante la Administración Clinton, en declaraciones a ABC mencionó «la retirada de los españoles de Irak», ordenada por el gobierno socialista nada más ganar sus primeras elecciones.
Dentro de todo este memorial de agravios y desaires, con proyección en Iberoamérica, también destaca el inolvidable gesto de Rodríguez Zapatero en el 2003. Durante el desfile de la Fiesta Nacional del 2003, el líder socialista optó por quedarse sentado ante el paso de la bandera de EE.UU. como protesta contra la guerra de Irak.
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