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Pedro García propone crear un plan específico de conservación para los titulares de la Macarena
La propuesta busca garantizar la conservación y seguridad de los titulares mediante un protocolo específico adaptado a cada imagen
Sevilla
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Iniciar sesiónPedro García, candidato a hermano mayor de la hermandad de la Macarena, incluye entre las iniciativas de su proyecto la puesta en marcha de un plan específico de conservación para los titulares de la corporación, con el objetivo de «legar ... a las futuras generaciones el bien más preciado de nuestra hermandad, paradigma devocional de Sevilla».
Para Pedro García, conservar a los titulares de la hermandad es un compromiso de máxima importancia y, según ha señalado, no debe estar supeditado únicamente a un plan general de conservación. «Las imágenes titulares de nuestra hermandad son paradigma devocional de Sevilla, y atraen el fervor de personas repartidas por los más recónditos rincones del planeta. Conservar nuestras imágenes es hoy un compromiso que la hermandad tiene con los hermanos, los devotos, la ciudad y con todo el orbe católico a nivel mundial. Por lo tanto, siendo responsables con nuestro deber y asumiendo esta realidad, la conservación de las imágenes no debe estar sujeta a un plan general de conservación, sino que debe contar con un documento específico que establezca un protocolo concreto y exhaustivo, conforme a las características y circunstancias de cada imagen», subrayó el candidato.
El candidato considera primordial este asunto. «Este plan se traducirá en controles exhaustivos del estado de conservación de las imágenes, coincidiendo con los cambios de ubicación y de vestuario. Dichos controles darán pie a la redacción de un informe anual sobre el estado de conservación, supervisado —dentro de un marco de colaboración— por una entidad de reconocido prestigio internacional especializada en la materia. En este informe también se incluirán el plan de mantenimiento y las medidas de seguridad adaptadas a las particularidades de cada talla», explicó García.
«De este modo, se asegura, así, su preservación en el tiempo frente a riesgos físicos, ambientales o de manipulación, y se promueve un manejo responsable que respete la integridad física y devocional de las imágenes», ha hecho saber Pedro García.
Por último, este protocolo define «los principales signos de deterioro que podrían alertar sobre cambios en su estado de conservación, así como los tratamientos previsibles según los materiales y técnicas utilizadas en cada obra. Esta planificación permite anticipar intervenciones necesarias y mantener las imágenes titulares en las mejores condiciones posibles, certificando su salvaguarda».
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