El Papa pide a los seminaristas que eliminen las apps que llevan a los contenidos pornográficos
«Si no se puede borrar, defiéndete bien para no meterte en estas cosas. Es algo que debilita el alma, debilita el corazón sacerdotal», les ha advertido
Algunos de los seminaristas presentes en el acto con el Papa
El Papa Francisco dialogó el lunes a puerta cerrada con cientos de seminaristas y con los sacerdotes que se preparan en las distintas universidades eclesiásticas de Roma. Fue un largo encuentro informal con consejos sobre cómo vivir esta etapa de la vida y prepararse para ... el futuro. Durante la reunión, el Pontífice les avisó de las devastadoras consecuencias del uso de pornografía en dispositivos móviles. «Debilita el alma. El diablo entra por ahí: debilita el corazón sacerdotal», les dijo.
Al principio el Papa les estaba hablando sobre las ventajas de usar teléfonos móviles, pero luego pasó a mencionar que también los puede llevar a distraerse. Por ejemplo «el peligro de pasarse todo el día viendo noticias de una página o de otra; de ponerse a ver un programa que me interesa o otro, sólo porque está disponible al alcance de la mano. O ponerme esa música que me interesa y que no me deja trabajar». «Hay que saber usarlos bien», les recordó.
«Sobre esto hay otra cosa que sabéis bien que existe, la pornografía digital», añadió con tono serio. «No voy a decir: 'Que levante la mano quien al menos una vez la ha visto', no. Pero que cada uno se pregunte si la ha usado o ha tenido la tentación de la pornografía digital», les solicitó.
Según el Papa, se trata de «un vicio que tienen muchas personas, muchos laicos y laicas, y también sacerdotes y monjas. Y no me refiero sólo a la pornografía criminal, como la infantil, donde se ven abusos en directo, eso es una degeneración. Hablo de la 'pornografía un poco normal'. El diablo se mete por ahí». Francisco les pidió que «tengan cuidado con esto, pues el corazón puro, el que recibe a Jesús cada día en la comunión, no puede recibir material pornográfico, que hoy está a la orden del día».
Con sentido práctico, les invitó a borrar del móvil las aplicaciones que les llevan a esos contenidos, pues «así no tendrás la tentación cerca. Y si no se puede borrar, defiéndete bien para no meterte en estas cosas. Es algo que debilita el alma, debilita el corazón sacerdotal».
«Disculpad que entre en estos detalles sobre la pornografía, pero es una realidad que afecta a sacerdotes, seminaristas, monjas, almas consagradas. ¿Lo habéis entendido? Muy bien. Esto es importante», concluyó.
Ya en junio, durante un encuentro con la Federación de asociaciones familiares católicas de Europa, había mencionado la importancia de la familia para prevenir la pornografía, que definió como «un ataque permanente a la dignidad del hombre y de la mujer».
En aquel encuentro dijo que «no se trata sólo de proteger a los niños, sino también de declarar la pornografía como una amenaza para la salud pública». «Sería una grave ilusión pensar que una sociedad en la que el consumo anormal de sexo en la red es desenfrenado entre los adultos es capaz de proteger eficazmente a los menores», recordó. Ahora, se lo ha recordado también a los seminaristas.
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