Suscríbete a
ABC Premium

pásalo

Orgullo charnego

En el noreste jamás existieron señoritos. Ni antes ni después de las cruces amarillas

Félix Machuca

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En Cataluña no debe de haber señoritos. Allí, según algunas versiones rufianescas, solo pervive el paraíso social progresista, donde los hombres se consagran al dios absoluto de la igualdad. Y lo es así desde siempre, desde antes que existieran los tiempos y los vainas. Nacieron, ... como los niños con antojos en los muslos, a la historia de la humanidad con esa marca de fábrica. En Cataluña no existen señoritos. Nunca existieron señoritos. Ni antes ni después de las cruces amarillas. Ni antes ni después de los ocho apellidos catalanes que sostienen la pirámide social de su limpieza de sangre. Ni esclavistas decimonónicos cuyos descendientes desempeñaron cargos públicos gracias a los royalties de la trata africana. Nacieron así, libres y líricos como una oda de Whitman. Rebeldes y libertarios como la ocupación del aeropuerto de El Prat. Grábenselo a fuego en la frente de la memoria histórica: en Cataluña no hay señoritos. Los señoritos, como las tagarninas y las berzas, son una lacra andaluza, de la que hay que huir como los judíos del Egipto de Ramsés.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación