Suscribete a
ABC Premium

UNA RAYA EN EL AGUA

Progresismo y xenofobia

A buenas horas descubren los puristas del progresismo que Sánchez ha integrado en su tribu a un supremacista de libro

Pandemónium (11/1/2024)

Ignacio Camacho

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Puigdemont es como es. Con su pelo mocho y su pinta de haber escapado de una comparsa pero sin pizca de la gracia gaditana. Escaso de coraje –ay, el maletero–, insulso de retórica, resentidillo, agrandado de aires, equipado con luces más cortas que largas. ... Carlistón de ideas, apegado a la nostalgia austracista de fueros y privilegios. Y un xenófobo de manual, un supremacista que se cree un héroe y un genio y se ve a sí mismo como una mezcla de Napoleón y el Capitán Trueno. Un iluminado al que sus colegas 'indepes' y hasta sus propios compañeros profesan un profundo desprecio. He aquí que Pedro Sánchez, sin embargo, preso de lo que podríamos llamar el síndrome de los siete escaños, se ha empeñado en verlo inteligente, audaz, simpático e incluso guapo, y en investirlo de progresista por la simple razón de que lo necesita en su bando. Aunque el personaje no cuadre en ese molde ni a martillazos, y aunque todo el mundo sepa que en política no existen los milagros, ni las transformaciones mágicas, ni los mirlos blancos.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación