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la tercera

A un siglo de las Elegías de Duino

«Cuando en 1922 Rilke se encerró en torreón de Muzot escribió una carta a una amiga explicándole que en la primera planta había una capilla pequeña y antigua con un maravilloso marco gótico en la puerta. Encima, sin embargo, no estaba la cruz que esperaba encontrar»

Andreu Jaume

Hace ahora cien años, en Europa empezaba a despertar el movimiento totalitario que organizaría el primer sistema de aniquilación industrial. Tras la matanza de la Gran Guerra, en la que ya se había experimentado con armas químicas, la Vernichtung –la fábrica de la nada–, iba ... a convertirse en el signo de la nueva era. Por otra parte, los avances tecnológicos y científicos habían dejado al hombre en un estado de perplejidad frente a su propio conocimiento. La relatividad de la física y el análisis de los ocultos procedimientos psíquicos hacían del viejo 'anthropos' un enigma inquietante, reflejado en la detonación artística de las vanguardias. Ciencia y arte parecían ir de la mano en el cumplimiento del 'fatum' moderno. La pintura había descartado la mímesis, la música ya no toleraba la melodía, la novela había dejado de narrar y la poesía, como demostró T. S. Eliot en 'La tierra baldía', ya no era capaz de alabar.

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