Manuel Oficialdegui: «Ante todo es la rifa de la fraternidad»
El domingo tendrá lugar la Rifa del Cuto de Artajona, una de las rifas más peculiares de España
Manuel Oficialdegui: «Ante todo es la rifa de la fraternidad»
El premio es un cuto, una de las denominaciones navarras del cerdo. Pero la peculiaridad es que en vez de premiar a números, se premia nominalmente. Además, es solidaria ya que todo lo que se recauda va para la residencia de ancianos de Artajona. Manuel Oficialdegui es uno de los organizadores de esta rifa que tiene, al menos por escrito, casi 200 años de existencia.
Dos siglos de existencia son muchos años.
Dos siglos desde que hay constancia escrita, pero seguro que son muchos más. Además, esta rifa no se ha dejado de celebrar nunca. Incluso durante las guerras carlistas, que en Artajona fueron bastante fuertes, se seguía celebrando. Y durante la Guerra Civil, también. No se ha dejado de hacer nunca, con más o menos éxito, pero siempre.
En estos 200 años habrá cambiado bastante.
Lo que más ha cambiado ha sido la forma de escribir los nombres en las suertes (las papeletas). Primero se hacía a mano. Luego se hizo con máquina de escribir. Y luego, en 2005 pasamos ya al ordenador. Y con internet, decidimos hacer una página web. Entonces la gente entra en la web y pone los nombres que le parece.
Y fruto de esos nombres, han resultado premiados personas de lo más particular. Como el Rey.
Sí, en 2008 le tocó al Rey y nos contestó desde la Casa Real diciendo que muchísimas gracias y que la parte suya se la regalaba a las personas que le habían inscrito en la papeleta. Porque se suelen inscribir dos personas, fulanito por menganito. Y en ese caso, se reparte el cuto entre los dos. Pero también suelen apuntarse a los presidentes, tanto del Gobierno central como el de Navarra, alcaldes, futbolistas… Siempre que no se ponga nada ofensivo ni desagradable, se puede inscribir a quien cada uno quiera.
El gran cambio en esta rifa se produjo con la llegada de Internet.
Sin duda. Fue en 2005. Desde entonces la rifa se ha universalizado. Ahora las suertes las puedes echar de cualquier lado. No hay ninguna limitación. Hay un jesuita que está en Kioto y todos los años echa unas suertes. También desde Estados Unidos participan. Desde el Club Taurino de Nueva York participan todos los años con más de mil suertes. De hecho, el año pasado un americano fue la primera persona a la que le tocaron dos cutos en una misma rifa.
Las Hermanas de la Caridad se pondrán muy contentas cuando les llevan lo recogido.
Cuando bajamos a la residencia de ancianos a dejarles los 12 mil o 13 mil euros nos reciben encantadas. Siempre nos dicen que ya tienen pensado en qué gastar la mitad. Fíjate que antes recibían unas 20.000 pesetas y ahora reciben 12 mil euros, pues están encantadas. Porque lo único que se deduce de todo lo que se recoge es el valor del cuto, que procuramos es que sean lo más baratos posibles y, de hecho, lo son.
Pero además de solidaria, supongo que la rifa será también divertida.
Le llamamos la rifa de la fraternidad porque puedes regalar una suerte a alguien con quien no te hables como es el caso que ocurrió hace unos años. Una familia echó suertes con otra familia. Llegó esta familia y dijeron que ellos no habían echado suertes y que aquello estaba todo mal. Hasta que llegó la primera familia. Se apartaron, lo hablaron y de repente empezaron a abrazarse. ¿Qué había pasado? Como estaban reñidos y no se hablaban unos echaron 20 suertes e hicieron las paces. Y les tocó medio cuto a cada una. También lo usaban los amigos. Si había alguna chavala que le gustaba a alguno de la cuadrilla, los otros amigos le echaban unas suertes con los nombres: fulanito por fulanita. O al revés.
¿Habrá novedades en las próximas ediciones?
Es difícil ya meter novedades. Lo único que estamos esperando es cumplir los 200 años para hacer algo especial.
Noticias relacionadas
Ver comentarios