Asustado, magullado pero superviviente: Nicolás Mira y su trágica cuarta salida al mar

Es ella quien atiende a ABC , para contar que Nicolás está «acostado». Era su cuarta salida al mar. Trabajaba en el buque desde noviembre del año pasado y había partido en dos ocasiones al Gran Sol y una tercera jornada de pesca en el litoral.

Antes, había trabajado en tierra firme: como educador ambiental en la Associació d'Educació Ambiental Terra Blava, como encargado del punto limpio municipal en la Associació Social Andròmines, y como técnico de laboratorio en los Laboratorios Anabiol. El mar fue la vía de regreso a su Galicia natal.

Dormía cuando el buque colisionó . Despertó en medio de la oscuridad y con el barco llenándose de agua a toda velocidad . Salió como pudo «golpeándose con todos los objetos que ya flotaban en la estancia», narra su madre, y con el tiempo justo para subir al puente y lanzarse al bote salvavidas, donde ya estaban cuatro de sus compañeros.

La impresión le duró hasta llegar a su casa. Apenas unos minutos para contar su odisea a su madre y acostarse. «Es que por la tarde tiene que declarar», narra con paciencia la guardiana de su solicitado hermetismo. Está asustado, claro. Además ha perdido todas sus cosas», observa como daño colateral en la tragedia, no exenta de agradecimiento. «Está bien, gracias», repite y casi se disculpa por cumplir el deseo de su hijo. «Ya le dijeron que llamarían los periodistas, pero no quiere hablar», dice. Y vuelve a agradecer que su hijo se cuente entre los cinco supervivientes del naufragio.