La Ribeira Sacra impone el consenso

Como punto de partida, el convenio firmado a tres bandas junto con el titular del consorcio turístico de la Ribeira Sacra, Juan Carlos Armesto, con el que arrancan oficialmente los trámites para pedir a la Unesco que declare el paraje natural Patrimonio de la Humanidad.

Por delante, uno o dos años de espera que tal y como aseguró el socialista lucense «merecen la pena», ya que no hay más que ver «el antes y el después de la Muralla de Lugo» que desde hace 13 años goza de esta distinción.

«Un objetivo exigente» el que enfrentan las provincias de Lugo y Orense entre los cauces del Sil y el Miño, recordó el valedor do Pobo en funciones, José Julio Fernández, también presente en el acto. Ocho meses en los que inspectores de la Unesco recorrerán los pueblos y verán lo que el alto comisionado, evitando ser políticamente incorrecto, denominó «incidencias de la obra humana en el paisaje» junto a una tipología tradicional de construcción «hermosísima».

Una tarea nada fácil pero no imposible, bajo el reto de adecuar la ordenación urbanística desde el punto de vista estético . Y en este largo camino la candidatura contará con la Xunta de Galicia como cómplice necesario . Así lo explicó el conselleiro de Cultura y Educación, Jesús Vázquez Abad quien, tras aclarar que el gobierno gallego no fue firmante del acuerdo para no retrasar el acto —se evita con ello pasar por intervención—, señaló que su papel queda recogido en el texto. Entre otras cuestiones se encargará de dar asesoramiento técnico a los promotores para conseguir la máxima diligencia en la tramitación antes de llevarla al Ministerio de Cultura.

El lugar elegido por José Manuel Baltar no fue casualidad, pues San Pedro de Rocas es el monasterio más visitado de toda la Ribeira Sacra (25.000 personas al año). Un escenario en el que ayer se simbolizaba la «unidad» de quienes comparten el mismo deseo.