DEPORTE FEMENINO
El esfuerzo multidisciplinar
La triatleta ilicitana Tamara Gómez proyecta la nueva vida que le dio su deporte hacia un sueño olímpico llamado Río
RAÚL COSÍN
Confluyen el ciclismo, la natación y la carrera a pie. Perseverar en el pulido, en el perfeccionamiento, de cada uno de esos segmentos deportivos forma parte de la misión de cada dura jornada de entrenamiento de Tamara Gómez Garrido (Elche, 3/4/1991) para progresar ... en el triatlón y afianzarse en las series mundiales, que dan forma al camino por alcanzar la participación en los Juegos Río 2016. Con sólo pensar en ese horizonte, se le iluminan la mirada y el gesto.
Para la ilicitana, de hecho, el triatlón ha significado literalmente un cambio mayúsculo en su vida: «Hace cinco años casi no sabía qué era esta disciplina. Mi vida dio un giro bastante radical. Tener la oportunidad de entrar en la Blume para dedicarme a esto en alto rendimiento me llevó a cambiar Elche por Madrid, a tener que separarme de mi familia y amigos, a tomar una decisión clave».
Tamara empezó a nadar con cinco años. Se enroló en la natación en el CN Elche. Notable era en el agua. También corría. Participaba en pruebas de cross con el C.A. Crevillente. Su nivel a pie, igualmente óptimo. Para ella el mundo de la bici todavía era desconocido. En 2009, la contactó un entrenador de triatletas de Elche, Carlos Martínez. Sabía que Tamara, ya con 18 años, nadaba y corría bien. Desarrollaron un trabajo de técnica de carrera. Le animaron a acudir a una toma de marcas de la Federación de triatlón : un 1.000 y un 400 nadando, y un 1.000 y un 400 corriendo a pie.
La clave fue una llamada paraa una concentración en la Blume . José Rioseco le impulsó hacia el triatlón y a pedir la beca de la Blume. «Me empecé a plantear en serio lo del triatlón. Conseguí una bici y comencé a entrenar. Ese año corrí el campeonato de España junior, quedando séptima sin haber entrenado casi nada. Salí tercera del agua. En bici me pasaron todas y yo no sabía ni meterme a rueda. Luego, como corría bien, remonté un poco», recuerda. En la temporada 2010, entró en la Blume. «Creo que lo que vieron en mí fue que era una niña que no tenía mucho trabajo hecho, que tenía mucho margen de mejora y que la base estaba bien. Vieron potencial y decidieron apostar por mí», reflexiona.
Adaptación a los segmentos
«La progresión estos años ha sido muy notable. Entré siendo bastante mala en bici y he mejorado mucho. Tanto es así que estoy en la lucha por llegar a participar en los Juegos de Río de Janeiro de 2016», explica. En agua, se ha readaptado a la forma de nadar en aguas abiertas. «Es un 1.500 a tope, con oleaje, con viento, posibles golpes y después de cada boya es volver a salir a tope», cuenta la ilicitana. Sin referencias pasadas, tuvo que centrarse en la parte ciclista. Muchos kilómetros. Romper los miedos con aquello de meterse a rueda con el grupo. Poco a poco fue aprendiendo: «Aquí lo coges sí o sí. Sales con gente de alto nivel y tienes que cogerlo o si no te vas a tu casa».
Esta estudiante de Veterinaria está totalmente ligada al triatlón. «No sé qué tiene pero te engancha. Cada carrera es un mundo y hay muchas cosas que no dependen de ti y te tienes que ir adaptando. También es un reto», explica sobre su disciplina, que tiene grandes figuras en España como Javier Gómez Noya (tres veces campeón del Mundo, otras tantas de Europa y plata de Londres 2012), Mario Mola (bronce en el Mundial y el Europeo de 2013) o Ainhoa Murúa. «El nivel es muy alto, impresionante, pero la valoración no es la justa», lamenta.
Camino Olímpico
Tamara, que ya está en el umbral de sub’23 a absoluta, tiene un sueño olímpico llamado Río. Se recupera de una lesión que la ha apartado de la competición los últimos cuatro meses. Obviamente quiere estar en las Series Mundiales. Al referirse a Río, sonriente y con los ojos azules inyectados en ilusión, reconoce que es «el objetivo y hay que pelear por una plaza para ello. Sé que es una cosa a la que puedo llegar con mucho trabajo. Me lo planteo como el objetivo principal y todo lo que haga hasta 2016 estará enfocado para poder llegar». En eso andan, Ainhoa Murúa, Carolina Routier, María Ortega, Melina Alonso, Miriam Casillas o la propia Tamara.
Por lo pronto, la ilicitana quiere recuperarse y participar en las próximas Copas del Mundo. Ella pone el esfuerzo, pero además ha conseguido el respaldo del Proyecto FER : «Son una ayuda muy importante. Nos permite medirnos en España e internacionalmente. Tienes un colchón, un apoyo y alguien que te reconoce que te estás dejando la piel cada día».
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