El Biobanco de la ULE, un refuerzo para la investigación

Según indica el director del Biobanco, Paulino de Paz, «los diferentes grupos que trabajan en estas áreas podrán asegurar la continuidad de sus muestras en estas instalaciones» y ya están aprovechando sus cualidades para sus investigaciones. En particular, el área de reproducción proyecta almacenar muestras de diversas especies silvestres de la Comunidad, lo que podría derivar -en opinión de De Paz- en «la base para el reconocimiento de esta infraestructura como Biobanco regional para la conservación de la Biodiversidad». Otro punto a su favor en este sentido es que se trata de una instalación única en Castilla y León (a nivel nacional también existen pocas similares), lo que sitúa a la ULE a la vanguardia de este tipo de tecnología.

El Biobanco ha sido diseñado para almacenar biomateriales de los distintos grupos de investigación de la ULE pero, además, también podría prestar sus servicios a usuarios externos en dos tipos de condiciones: en tanques de nitrógeno líquido a temperaturas de menos 196 grados centígrados o en ultracongeladores a menos 81 grados, a utilizar dependiendo de las necesidades de la muestra.

Otro aspecto fundamental ha sido garantizar la seguridad de los trabajos, tanto para las muestras que alberga como para los usuarios que deben acceder a estos laboratorios, algo en lo que se ha puesto especial empeño. Para su director, en el caso de las muestras «el concepto de seguridad a máximo nivel se alcanza incorporando un equipamiento y automatismo que aseguren que no pierde en ningún momento las condiciones óptimas de almacenamiento». Por ejemplo, en el caso de la conservación en nitrógeno líquido se ha instalado un tanque nodriza con 2.000 litros de capacidad que garantice la alimentación automática y continua de los diferentes depósitos de almacenamiento, de forma que mantengan el nivel y la temperatura.

Por su parte, la seguridad de los usuarios está perfectamente protegida, según De Paz, a través de un sistema de control de la calidad del aire del laboratorio y de un sistema de extracción que regularmente se encarga de la renovación de la atmósfera de la sala. Dos elementos que buscan reducir el riesgo para las personas que desarrollan su labor en este espacio.

En cuanto a la capacidad de almacenamiento, esta dependerá, lógicamente, del volumen y del tipo de las muestras que albergue, que se recogen en pajuelas o en crioviales, de los que debido a su pequeño tamaño sería posible guardar un gran número, pese a que De Paz destaca que lo aconsejable es no ocupar el cien por cien del espacio disponible.

Respecto a la creación de este Biobanco, de su puesta en marcha, el director afirma que surge a partir de un proyecto competitivo solicitado en el año 2012 al Ministerio de Ciencia e Innovación con cargo a los fondos Feder de la Unión Europea. Una vez conseguido se iniciaron las gestiones en 2013 para definir su localización en el campus universitario y, finalmente, se acordó que el mejor lugar para ubicarlo, debido a su naturaleza, sería la Facultad de Biología de la ULE.

A partir de ahí se determinó la necesidad de llevar a cabo diversas obras «para la adecuación de un antiguo laboratorio al nuevo uso» y en este período se puso en marcha un concurso público para la adquisición del equipamiento necesario para crear el Biobanco. Un proceso que finalizó en el último trimestre de 2014 con la apertura de unas instalaciones únicas en Castilla y León.