El Valladolid muestra su incapacidad ante Osasuna

Es más, se tenía claro que si los pucelanos eran capaces de parar el arreón inicial, tal y como pidió su entrenador durante la semana, sus opciones de victoria se multiplicarían. Y si encima eran capaces de conseguir su mal fario con la portería contraria, el dos en la quiniela sería casi un fijo.

Pues no, el Valladolid no fue capaz de conseguir ninguna de las premisas marcadas. Porque si la idea era que los locales no se encontraran a gusto en su campo, la puesta en práctica no pudo ser más negativa ya que en el minuto cuatro, un saque de esquina acabó en los pies de Nekounam para que el iraní, con un disparo suave pero muy colocado, colocara el balón dentro de la portería.

También es verdad que un minuto antes el árbitro del partido, Munuera Montero, había anulado un gol legal de Bergdich al señalar una falta de ataque de Mojica que no existió, pero sin duda el choque había empezado con un guión completamente distinto al escrito en el vestuario por “Rubi”.

Pese a ello, los castellanos no se derrumbaron y poco a poco se hicieron con el control de partido sobre el maltrecho césped de El Sadar. Tanto que Oscar, después de encontrarse un balón dentro del área, realizó una vaselina ante la salida de Santamaría para hacer el empate.

A partir de ese momento llegaron los mejores minutos del Valladolid. Álvaro Rubio, que regresó ayer al once inicial, comenzó con su particular curso de cómo tiene que jugar un medio centro, tanto en ataque como en defensa, y el equipo ganó mucho en la circulación del balón respecto a jornadas anteriores. Pero otra vez la falta de puntería en las claras opciones de gol de las que dispuso hizo que los blanquivioleta no resolvieran al duelo y pagaran cara esa carencia.

Más cuando en la segunda ocasión que Osasuna pisó el área visitante, un centro de Nino desde la izquierda tropezó en los pies de Valiente quien no pudo evitar que el balón se alojara dentro de su portería. El 2-1 dejó bastante tocado a los pucelanos que hasta el descanso estuvieron casi ausentes del partido esperando que llegara el minuto 45.

Después del descanso el partido se inició con un equipo, el local, parapetado en su campo a la espera de algún contragolpe, y otro, el Valladolid, que no sabía como tomar el control del juego para hacer daño a su oponente. Ni siquiera a partir de que el Osasuna se quedara con 10 jugadores después de l expulsión de Javi Flaño al ver la segunda trajeta amarilla.

Una inferioridad numérica que no se reflejó en el campo puesto que el primer cambio de “Rubi” sacando del césped a Samuel para dar entrada a Oscar Díaz, desequilibro el juego castellano. Sobre todo porque la sustitución supuso el cambio de posición de Rubio para colocarle de defensa central lo cual dejó sin ideas al centro del campo. A ello se sumó la nula aportación ofensiva de los llamados a ser jugadores desequilibrantes en el Valladolid –Jeffren y Oscar-.

Aún así, el propio Oscar en dos ocasiones y Oscar Díaz pudieron empatar, pero otra vez la falta de eficacia ante la portería contraria dejó sin, al menos, el premio del empate a los castellanos.