Castilla y León llora la muerte de Suárez

Toda Ávila esperaba el trágico desenlace. El presidente de la Diputación, Agustín González, quiso recordar a Suárez como «un adelantado a su tiempo», mientras que el alcalde de la ciudad amurallada donde el «pequeño Adolfo» pasó su infancia y su juventud, Miguel Ángel García Nieto, se refería a él como el hombre que supo «pilotar la nave del Estado» para llevar a España de la dictadura a la democracia. Será mañana martes cuando los restos del expresidente vuelvan a su tierra, «su debilidad», para ser enterrados en la intimidad en el claustro de la Catedral abulense, muy cerca del que fuera presidente en el exilio, Claudio Sánchez Albornoz.

Apenas fue conocido su fallecimiento, comenzaron a llegar desde todos los ámbitos y puntos de la Comunidad las muestras públicas de dolor por la pérdida de una figura para la que no había calificativos suficientes. La presidenta de las Cortes regionales, María Josefa García Cirac, alabó su labor como «un español ejemplar» y «un servidor público con gran altura de miras». Para rendir «el mejor homenaje» al político que recibiera la Medalla de Oro de Castilla y León en 1997, propone «tener siempre presente como ejemplo su gran labor en el servicio a España». «Los castellano y leoneses nos sentimos orgullosos de haber visto nacer a una de las personas, que por su entrega encomiable, han logrado el afecto y consideración de todos los españoles», confesaba García Cirac.

Su antecesor en la presidencia del Parlamento regional, el ex diputado por UCD por Salamanca en las Cortes Constituyentes y colaborador de Adolfo Suárez desde los comienzos de su etapa política, Alberto Estella, definía al expresidente como el «hombre de la conciliación» que con un trabajo «titánico» fue artífice del cambio en España. «Su obra fue gigantesca en la política de España, yo lo compararía con la figura de Cánovas del Castillo», aseguró emocionado uno de los primeros colaboradores.

Desde los partidos políticos, las muestras de respeto fueron unánimes. Los populares expresaron su más profundo pesar por el fallecimiento de una persona «clave» en la historia reciente del país: «Un hombre de Estado que luchó por la reconciliación nacional y por los ideales de paz y de concordia». Mientras, en el Partido Socialista de Castilla y León, su secretario general, Julio Villarrubia quiso subrayar su «dignidad política, personal y humana». «Fue un gran presidente cuya valentía quedó demostrada en muchos hechos, pero especialmente se simbolizó el 23-F, cuando se enfrentó a personas armadas y directamente al golpista Tejero», recordó Villarrubia. El líder regional de Izquierda Unida, José María González, también se sumó al pésame y destacó «su valor frente a las presiones totalitarias del régimen y el oportunismo del PSOE».

Alcaldes de todas las capitales, compañeros de partido y de la oposición, instituciones académicas, testigos o admiradores del legado de Adolfo Suárez... Resulta imposible acotar la avalancha de afecto y consideración hacia este cebrereño de 81 años «hijo de la Herminia y nieto de la tía Josefa».