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Garoña se instala en Springfield

La central está inmersa en un «lío» de plazos, tras las idas y venidas de Soria y Nuclenor

Garoña se instala en Springfield ordoñez

maría gajate

05/06/2013
Actualizado a las 08:45h.

«El guión de los dibujos animados ‘Los Simpsons’». Así describía ayer el diputado socialista por Burgos, Luis Tudanca , la rocambolesca historia que protagoniza Garoña desde hace ya más de un año, en el que se han vivido encuentros y desencuentros entre la ... empresa y el Gobierno con giros argumentales surrealistas y que en más de una ocasión, y si no fuera porque la situación reviste de seriedad, han hecho pensar que sólo podía tratarse de un recurso cómico. Y es que después de que las aguas volvían -en parte- a su cauce y Nuclenor y el Ministerio de Industria compartían un mismo camino, el de dar un año más de plazo para que la central decidiera sobre su futuro, el Ejecutivo se ha pasado de largo el plazo marcado -1 de junio- para revocar la orden ministerial que otorgaba ese tiempo de reflexión. Y mientras, el Consejo de Seguridad Nuclear sigue avanzando en un escenario de cierre hasta que se frene este rumbo. El «lío» está sembrado y los tiempos para que se agilice un instrumento con el que seguir adelante se acaban, porque, hasta que se diga lo contrario, las instalaciones tienen fijado el 6 de julio como fecha de caducidad. Así, a treinta días, sigue habiendo dos opciones opuestas sobre la mesa y parece que hasta el último momento la historia de la planta va dejar un sabor a ficción.

Desde el PSOE comparan la trama de Garoña con la de «Los Simpsons» . Una central nuclear y un argumento y personajes que pierden en algunos momentos el rumbo de la racionalidad son los nexos en común. El problema es que la serie ambientada en Springfield cuenta con el aplauso y la risa del público, mientras que la del Valle de Tobalina mantiene en vilo a un millar de trabajadores que se podrían quedar en la calle. Han visto como los años avanzan y con ellos la incertidumbre de la historia, cuyo planteamiento fue la orden de cierre dictada por José Luis Rodríguez Zapatero . Después, tuvo como héroe al Gobierno de Mariano Rajoy que desdijo a su predecesor, para luego convertirse la empresa en su propio villano y despreciar el gesto, iniciar el proceso de cierre y tirar por tierra el final feliz. Eso sí, las propietarias -Endesa e Iberdrola-, inmersas en un tira y afloja fiscal con el Gobierno, volvieron después para pedir más tiempo para decidirse y el ministro de Industria, José Manuel Soria , aceptó la proposición y consultó al CSN la posibilidad de abrir esta puerta antes del 1 de junio. Con la respuesta favorable, ayer - día 4-, seguía cerrada y desde el departamento de Energía mantuvieron el silencio por respuesta acerca de los planes para la central y de las posibilidades legales de seguir adelante con los trámites para alargar la vida de Garoña un año más.

Aunque el ministro de Industria aseguró tras la resolución favorable del CSN que la orden ministerial que fija el cierre de Garoña se revocaría la semana pasada para facilitar la prórroga a la empresa, nada más se supo de este paso, necesario para que las eléctricas puedan solicitar la continuidad. Aún no ha sido publicada, y desde el Consejo advirtieron ayer que «ya ha pasado la fecha que se manejaba». Aunque el Gobierno aún podría habilitar algún mecanismo para seguir adelante pese a haberse sobrepasado el plazo, el vencimiento de las fechas ha desconcertado a distintos políticos y colectivos, que desconocen si el retraso implica un cambio de rumbo o es simplemente eso, una demora.

Y para acabar de despistar, el CSN, que debe cumplir con sus deberes aunque el Ministerio de Industria no acate los plazos, sigue trabajando en el escenario de cierre que se manejaba con anterioridad a este último capítulo del culebrón y esta semana ha presentado el informe para el cese de Garoña, que lleva en paro desde enero y que, de no frenarse el proceso, se dirige hacia su desaparición en un mes.