Enigmas de la arquelogía canaria

El misterio sigue y probablemente continuará en el tiempo, a pesar de que muchos sigamos soñando con la existencia de una «Cueva de las Mil Momias»

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javier Lima Estévez

En la arqueología canaria, diversas cuestiones se resisten a ser resueltas por todos aquellos especialistas o no que se aproximan a una serie de temas para los que no se han encontrado soluciones definitivas. Las pintaderas, esas piezas de arcilla cocida y ocasionalmente de madera ... usadas por los antiguos aborígenes, por ejemplo, representan un elemento para el que no se ha podido encontrar una explicación definitiva.

Algunos han defendido su utilización como elementos de tatuaje. Para otros, podrían representar sellos reales, amuletos o incluso símbolos de poder.

El poblamiento de las Islas representa otro campo de investigación de la prehistoria canaria donde no existe un acuerdo, pues no toda la comunidad científica se limita a aceptar la teoría que plantea el origen norteafricano de pobladores dos mil años atrás, quedando abierta la participación que los fenopúnicos pudieron tener en el proceso.

La trepanación es otro de los aspectos a tener en cuenta, debido a que son muchos los que actualmente defienden razones mágicas frente al carácter medicinal que tradicionalmente se viene asociando a tal hecho, aunque es un aspecto de notable discusión, pues se supone que la finalidad de la trepanación no sería otra que la de aliviar los problemas de la presión craneal derivados principalmente de traumatismos.

Sin duda, no podemos continuar este breve artículo sin hacer referencia al arte rupestre. Un arte repartido por multitud de lugares de la geografía isleña que, lamentablemente, la inconsciencia, la poca educación o incluso el poco respeto hacia el patrimonio, ha derivado en un maltrato continuado hacia unas manifestaciones rupestres que han sufrido los efectos de calcarlos o manipularlos mediante diversos objetos. Unas desafortunadas acciones que —en muchos casos— han acelerado la destrucción de un arte que se preservó durante varios siglos.

Un tema que no podemos dejar de nombrar y cuyo eco llega hasta nuestros días es el de la piedra Zanata . La misma fue objeto de defensa o crítica desde su aparición el 15 de septiembre de 1992. La polémica ha girado en torno a su validez arqueológica, aunque, el que fuera catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de la Laguna, Rafael Muñoz Jiménez, siempre defendió la autenticidad de la misma, descartando la posibilidad de que pudiera tratarse de una manipulación.

Tal vez, uno de los misterios que más ha perdurado hasta la actualidad sea el de las momias, cuya fascinación continúa atrayendo a múltiples curiosos en su búsqueda —o intento— entre las cuevas donde los mismos recibieron la momificación, o mejor dicho, mirlado. El laborioso trabajo que desarrollaron los guanches tenía una finalidad clara: preservar el cuerpo para la vida en el otro mundo.

Desde 2010, se ha retomado tal cuestión, partiendo de un estudio en el que de nuevo se trata el asunto relativo a la supuesta existencia de la Cueva las Mil Momias. Muchos se han atrevido a manifestar el lugar exacto donde pudiera estar ubicada tal cueva y, desde hace poco tiempo, una popular red social se ha hecho eco del supuesto y definitivo descubrimiento realizado en el sur de Tenerife de la celebérrima cueva.

Es importante recordar que no es una noticia nueva, debido a que hemos sufrido otros anuncios de descubrimientos sin éxito, como por ejemplo, el realizado por el añorado investigador de la cultura guanche, don Emiliano Bethencourt, que llegó a manifestar en los años noventa el descubrimiento de la mítica cueva en el Barranco de Badajoz. Un descubrimiento que finalmente nunca se produjo, declarando posteriormente don Emiliano Bethencourt, el engaño del que había sido víctima.

Otros han manifestado conocer la existencia exacta del lugar, pero se niegan a ofrecer tal noticia por tratarse de «un secreto» que podría acabar con unos restos que se depositaron para una finalidad concreta: el descanso eterno. La Cueva de las Mil Momias representa un enigma que pudo haber existido, pero teniendo en cuenta los innumerables expolios y el aprovechamiento para usos medicinales de las momias y otros fines, resulta muy difícil de creer la existencia de una cueva con tal número de momias. El enigma sigue y probablemente continuará en el tiempo, a pesar de que muchos sigamos soñando con la existencia de una «Cueva de las Mil Momias».

Enigmas de la arquelogía canaria

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