¿Por qué no cerrar Los Rodeos?

Tenerife no se puede permitir disponer de un aeropuerto que te deja colgado a las primeras de cambio, obligándote a modificar toda la logística de un viaje y, por supuesto, a perder más horas de lo que inicialmente estaba previsto.

A pesar de la mejora en los sistemas de navegación aérea y de que se han invertido muchos millones en el aeródromo de Los Rodeos, lo cierto es que cada dos por tres son muchos vuelos que no pueden salir o entrar, lo que provoca cancelaciones, retrasos y desvíos al aeropuerto del sur de la isla. Desde luego, no es la mejor imagen para una isla que vive del turismo.

Sé que a los políticos del norte de Tenerife, a los empresarios del sector de la hostelería y del ocio no les resultará muy popular afirmar que lo de reabrir el aeropuerto de Los Rodeos fue un completo disparate.

En vez de apostar, como en su momento parecía que iba a hacerse, por potenciar el Reina Sofía y olvidarse de la instalación lagunera, la presión provocó que se reabriera para los vuelos interinsulares y poco después para ir metiendo conexiones nacionales y hasta internacionales.

Sí, la expansión del sur había ido dejando obsoleto y anclado en los años 60 los otrora lujosos establecimientos hoteleros del Puerto de la Cruz y de otros municipios del norte. Los empresarios lo achacaban a que se había promocionado la otra vertiente de Tenerife y a ellos los habían dejado colgados de la brocha.

Sin embargo, sabemos que eso no es así, que la desidia en dejar envejecer la planta alojativa respondía, única y claramente a querer ganar más a costa de no introducir reformas de calado y los touroperadores, que tontos no son en absoluto, fueron desviando a sus clientes hacia los relucientes complejos de Las Américas, Los Cristianos, Guía de Isora y Los Gigantes.

De acuerdo que la cercanía con el aeropuerto del sur influía, pero también que los hoteles y apartamentos se correspondían con la calidad de una isla como Tenerife.

Aun así, la reapertura del aeropuerto del norte de Tenerife, con una remodelación costosísima, no provocó que el número de turistas se incrementase, entre otras razones porque muchos hoteles siguen empeñado en el espíritu vintage o, directamente, han tenido que cerrar sus puertas.

Pero además, insisto, Los Rodeos sigue siendo toda una lotería a la hora de entrar o salir. A las primeras de cambio, un poco de niebla y aquello pasa a ser un caos. Si ya en España hemos cerrado un aeropuerto como el de Ciudad Real, encima siendo privado, ¿por qué no procedemos a echarle la cancela al del norte? Tendríamos un único aeropuerto en condiciones y con la seguridad de tenerlo operativo los 365 días del año a todas horas.